Fuente: Avisitate
El gráfico anterior muestra las curvas de precios estacionales del pollo vivo y sacrificado (base: promedio del año anterior igual a 100). Aunque abarcan periodos de tiempo largos pero diferentes (pollo vivo: promedio de 24 años; pollo sacrificado: promedio de 19 años), presentan, como sería lógico esperar, prácticamente el mismo comportamiento a lo largo de todo el año.
Pero en 2019, los dos productos tienden a funcionar de manera diferente. Así, por ejemplo, ambos deberían haber iniciado el año (enero) valiendo al menos 2% más que el promedio registrado el año anterior. Sin embargo, mientras que el pollo vivo aumentó su valor en apenas medio por ciento en relación al promedio de 2018 en el mes, el pollo faenado aumentó su valor en más de 12%.
Aunque apenas estamos al comienzo de un nuevo mes, esta brecha aumentará en febrero. Hasta el momento, en lugar de alcanzar un valor promedio de casi 5% superior al promedio de 2018, el ave viva está experimentando una fuerte devaluación, siendo su precio equivalente a 98,9% del promedio del año pasado.
El precio del pollo faenado, en promedio de los primeros tres días hábiles de febrero, alcanza un valor superior en más de 18% al promedio de 2018 y tiende a subir aún más en los próximos días.
Es cierto que, a estas alturas, el mercado del pollo vivo está empezando a dar señales de revertirse. Y aunque sigue estando sujeto a descuentos respecto al precio de referencia, dichos descuentos han sido puntuales, permitiendo que las negociaciones se desarrollen ahora en un entorno más firme.
En otras palabras: hay perspectivas de reversión del precio que, este año (30 días hábiles hasta ayer, 5), cayó más de 5%. Pero para que vuelva, al menos, a la curva estacional, el pollo vivo necesita alcanzar un precio medio superior al valor de apertura del año en curso (R$2,90/kg). Desde este punto de vista, por tanto, todo indica que seguirá existiendo una gran brecha en relación al desempeño del pollo faenado.
Por: Agroenlace | Autor: Notificar