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Entre los participantes estuvieron la Coordinadora de Regulación del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (Mapa), Karina Fontes Coelho Leandro; el profesor de la Universidad Federal de Viçosa (UFV), Paulo César Corrêa; y el presidente del Comité de Contratos de la Asociación Nacional de Exportadores de Cereales (Anec), Marcos Gomes Amorim.
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Según Arioli, China notificó a la Organización Mundial del Comercio (OMC) que pretende cambiar su norma interna de clasificación de la soja a principios de este año. Entre los cambios propuestos se encuentran una reducción del contenido de humedad de los granos, de 14% a 13%, y un aumento del contenido de aceite y proteínas.
“Brasil ya exportó 66 millones de toneladas de soja en 2021 y, de ese total, 70% tuvieron como destino el mercado chino. Este volumen equivale a toda la producción de soja en Argentina en la última cosecha. Necesitamos entender cómo este nuevo estándar chino para la soja podría afectar la producción y las exportaciones brasileñas”, afirmó.
Según Karina, la revisión de la norma brasileña para la soja (IN nº 11/2007) está siendo discutida desde el año pasado y esto debería favorecer el debate técnico sobre los cambios propuestos por China. Presentó las principales diferencias identificadas en la propuesta del país asiático en puntos como el alcance de las normas, cumplimiento obligatorio, tablas de tolerancia y parámetros de calidad -altos niveles de aceite y proteínas-.
“Al parecer, la nueva norma es menos estricta que la norma actual, especialmente en lo que respecta a los cereales dañados. Planteó preocupación por el alcance de la norma, que pasó a ser obligatoria. Estamos en contacto con las autoridades chinas para saber cómo se realizará este control. Ésta es nuestra mayor preocupación en este momento”, afirmó.
Paulo César explicó que la norma es la base para la comercialización de cualquier producto y puede variar en el tiempo, las características de producción y los requerimientos del comprador, entre otros aspectos. También analizó las posibles dificultades que tendrán los productores brasileños para cumplir con los nuevos estándares y las diferencias regionales brasileñas en la producción de soja.
“La reducción del contenido de humedad requerirá un mayor gasto energético para el secado, pero la propuesta es positiva para reducir las pérdidas por transpiración en el almacenamiento. También necesitaremos invertir en mejoras y nuevas variedades que puedan cumplir con mayores niveles de aceite y proteína”, afirmó.
Marcos Gomes Amorim habló sobre cómo se desarrolla el contrato estándar de la Anec y cómo los criterios oficiales de clasificación de la soja influyen en las negociaciones de compra y venta. Según él, la estandarización es propuesta por la Asociación y siempre será “reflejante” del producto que se vende en Brasil.
El coordinador de Regulación de Calidad de Mapa informó que en las próximas semanas se abrirá una consulta pública para discutir los estándares de la soja de Brasil. Luego de su publicación en el Diario Oficial de la Unión (DOU), el documento estará disponible en el Sistema de Monitoreo de Actos Normativos (Sisman).
Por: FECHA