Imagen: Pixabay
Las investigaciones muestran que las reservas de carbono del suelo pueden aumentar en 50% en hasta cinco años.
Los participantes en la 70ª reunión ordinaria de la Cámara Sectorial de la Cadena Productiva del Algodón y Derivados, vinculada al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAPA), realizada el pasado miércoles 1, recibieron buenas noticias sobre los sistemas de producción algodonera de bajo costo de carbono. emisiones, que Embrapa viene investigando. Los suelos arcillosos y arenosos del Cerrado, cuando ya no son preparados con arados y rastras, sino cultivados mediante manejo de siembra directa (sistema de siembra directa – SPD), con vistas a la producción de algodón, presentan altas tasas de aumento de carbono. mucho mayor que la tasa sugerida por la iniciativa internacional “4per1000” para reducir los gases de efecto invernadero.
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La excelente noticia la dio el investigador de Embrapa Algodão, Alexandre Cunha de Barcellos Ferreira, que realiza experimentos en esta área de investigación desde hace entre nueve y quince años en suelos arcillosos de Goiás y 11 años en suelos más arenosos de Bahía.
Además, los datos de Embrapa indican ganancias en la productividad del algodón en relación con los sistemas con preparación convencional del suelo: “Nuestros datos muestran que en sistemas de siembra directa se pueden agregar entre 10 y alrededor de 16 arrobas/ha de fibra. El principal secreto para esto es no alterar el suelo”, dice Ferreira, que cuenta con resultados sistemáticos de experimentos de campo, estudiando el manejo del suelo y los sistemas de producción de algodón en el Cerrado.
Ante un público muy selecto de representantes de esta cadena agrícola brasileña, el investigador pronunció un discurso muy convincente desde la perspectiva de que los algodoneros sólo pueden ganar invirtiendo en la adopción de prácticas y tecnologías que apunten a la salud y la calidad del suelo. , garantizando una mayor seguridad productiva, una mejor fertilidad del suelo y, naturalmente, una mayor producción de algodón.
El aumento de las reservas de carbono en el suelo también abre otra posibilidad para el agricultor: “Estamos hablando de créditos de carbono, un tema que está cada vez más en la agenda en Brasil y en el mundo”, destaca Ferreira.
Recordó que desde principios de los años 70 hasta la actualidad, la población mundial prácticamente se ha duplicado, requiriendo, entre otras cosas, más ropa y alimentos. Sin embargo, para satisfacer esta demanda creciente, era necesario producir al mismo tiempo que la población urbana brasileña aumentaba sustancialmente, en detrimento de la población rural.
Alexandre cree que la agricultura debe ser entendida como parte de la solución y no sólo como el único generador del problema relacionado con el calentamiento global. La investigación que su equipo viene realizando, por ejemplo, pretende estudiar sistemas de producción agrícola de algodón que, además de ser muy productivos, pueden aumentar el stock de carbono en el suelo, lo que supone una estrategia para mitigar los efectos de la acumulación de CO2 en el suelo. atmósfera, que es un gas de efecto invernadero.
Según el científico de Embrapa, la fertilización adecuada y la conservación de la paja en el suelo son estrategias tecnológicas importantes, no sólo para la producción agrícola, sino también para estabilizar y retener el carbono en el suelo, mientras que la perturbación del suelo puede aumentar significativamente la pérdida de carbono a través del proceso. oxidación de la materia orgánica y erosión del suelo. “El cultivo algodonero brasileño, a través de prácticas agrícolas de conservación del suelo, puede contribuir a políticas globales de producción agrícola con bajas emisiones de carbono, concomitantemente con la obtención de alta productividad”, afirma.
Agricultura sostenible
Fernando Pimentel, de la Asociación Brasileña de la Industria Textil y de Confección (ABIT), también aportó información estratégica al encuentro. El sector estima un crecimiento de 2,3%, generando alrededor de 8,7 mil empleos directos, a pesar de haber registrado una caída en las exportaciones de -28,09% en los últimos 12 meses. La industria textil cayó -12%.
Pimentel dijo que el consumo estaba “patinando” y que el sector de confección creció sólo +6.8%. Una preocupación adicional sigue siendo el comercio electrónico internacional, que crece libre de cualquier tipo de impuesto. Durante el período, alcanzó alrededor de R$ 8 mil millones en Brasil y alrededor de 2 millones de piezas vendidas. Fernando, sin embargo, destaca el claro crecimiento de una fuerte ventana para las fibras naturales sostenibles.
Aportó al encuentro buenas perspectivas para el algodón agroecológico, con énfasis en el algodón de color natural. Fernando afirma que los procesos de certificación (ZDHC, GOTS y OEKO-TEX) continúan ampliándose, así como la adopción de buenas prácticas definidas en el protocolo ESG.
También se abren nuevas ventanas de oportunidades para fibras químicas con menor tiempo de biodegradación, fibras producidas con mínima eliminación de subproductos y fibras basadas en hongos y algas, además de crecientes usos de los llamados “productos desfibrados”. Fernando Pimentel dice que el concepto que debe crecer rápidamente es el de cadenas de suministro responsables, donde todos los involucrados asuman su parte de responsabilidad ambiental.
En el encuentro también se discutieron los avances de la Cosecha 22/23, con un panorama brindado por representantes de las asociaciones estatales de productores de algodón. También hubo una presentación sobre el tema de la trazabilidad del algodón brasileño a cargo de Silmara Ferraresi, de ABRAPA.
La asociación tiene una previsión de producción de 3 millones de toneladas para esta cosecha, aunque los productores admiten que también será la cosecha más costosa de la historia. Hay buenas expectativas de que Brasil pronto iguale o supere al mayor productor del mundo (EE.UU.), que sufrió una reducción de 20%, con Texas prácticamente abandonando el cultivo de fibrosas.
La Cámara tiene prevista una nueva reunión para el 30 de junio.
Fuente: EMBRAPA | Agroenlace