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Cooperación y valorización de la cadena productiva agroindustrial de proteína animal. Esto es lo que espera de la nueva administración federal el presidente del Sindicato de las Industrias de Carnes y Productos Cárnicos del Estado de Santa Catarina (Sindicarne), José Antônio Ribas Júnior.
El directivo dijo que la amplia cadena productiva de la carne espera participar y ser escuchada en las decisiones que impactan al sector. “Como generadores de riqueza y responsables de alimentar a tantas personas en tantos lugares, queremos que nuestras demandas sean consideradas en las políticas y estrategias públicas”, señala. Señala que “todos tenemos posiciones políticas, pero las elecciones terminaron en noviembre, la voluntad del pueblo se expresó en un ambiente democrático. Ahora todos trabajamos por Brasil”.
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Los nuevos administradores a nivel federal y estatal deben honrar los compromisos asumidos e implementar las propuestas aprobadas por los electores, allanando el camino para el desarrollo social, económico y ambiental de Brasil. “En este sentido, podemos ser los mejores socios de nuestros líderes políticos”, afirma.
En cuanto al programa de reindustrialización del país, que debe ser implementado por el BNDES, el presidente del Sindicarne considera fundamental que Brasil retome esa prioridad. “Hemos vivido años de desindustrialización. El Primer Mundo se industrializó, generó riqueza y hoy sigue recogiendo sus frutos. China invierte en educación, tecnología e industrias en todos los sectores como base para generar prosperidad y como seguridad y soberanía nacionales. Brasil no vivió la plenitud ni la madurez de este ciclo. Nos faltan industrias en varios sectores. Desde la industria básica hasta las tecnologías de punta”.
Recuerde que el emprendimiento y el desarrollo industrial y comercial brasileño dependen de la seguridad jurídica, de políticas estables de largo plazo, del acceso al crédito y, fundamentalmente, de la estabilidad política y democrática.
Sindicarne lamenta que el parque industrial brasileño sea antiguo, de limitada eficiencia y, en consecuencia, de baja competitividad, especialmente si se compara con China. Sin embargo, Brasil puede convertirse en una alternativa importante para el mundo, modernizándose y creando un entorno atractivo para las inversiones. Esto requerirá un plan de Estado y no sólo un plan de gobierno. “Las grandes inversiones requieren plazos largos, seguridad y estabilidad política”, recuerda Ribas.
MEDICIONES
Las entidades del agronegocio están preocupadas por algunas medidas que pueda implementar el nuevo gobierno, como la tributación de insumos agrícolas y el retiro de algunos incentivos o exenciones fiscales en la industria alimentaria. El empresario está convencido, sin embargo, de que el actual gobierno lo analizará con mucha responsabilidad y escuchará a los representantes del sector, antes de tomar cualquier medida. Al estudiar la agricultura, analizar las cuentas y comprender los impactos de este sector generador de riqueza –representa 55% de la balanza comercial brasileña– probablemente todos se sentarán a la mesa para discutir las mejores estrategias.
El presidente del Sindicarne señala que sería contraproducente para las políticas sociales del Gobierno Federal desincentivar la inversión en agronegocios. Comentó que, en el Congreso, el FPA (Frente Parlamentario Agrario) reconoce y defiende los temas agrícolas con gran competencia técnica y política.
“Nuestro país rico es pobre”, proclama el líder. Este escenario sólo cambiará con la creación de empleos, alimentos en las mesas de la gente y, de manera consistente, generando un crecimiento anual del PIB superior a 5%. Cualquier verdadero liderazgo político sabe dónde están las palancas del desarrollo.
No sorprende que en las últimas COP 26 y 27 COP (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) los países desarrollados citen la producción de alimentos como una cuestión central de seguridad y soberanía nacional. ¿Qué otro país puede hablar de su agricultura como Brasil? Tenemos como activo la salud, la competitividad, la calidad y la sostenibilidad. Tenemos que hacer de estas nuestras habilidades palancas definitivas para hacer de Brasil una potencia global.
Por estos motivos, el dirigente sindical no cree que se creen obstáculos para el agronegocio. “Pero estamos y estaremos atentos. No queremos ventajas ni beneficios indebidos, sólo queremos ejercer nuestra mayor virtud: producir y generar riqueza para el país”, anuncia. “El Gobierno puede y debe vernos como socios. Y juntos aprovecharemos nuestro desarrollo. Nunca vuelvas atrás”, declara el presidente José Ribas Júnior.
Por: Noticias Agrícolas