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El escenario se debe en gran medida al clima, que es favorable en la mayoría de las regiones productoras de granos del país, en noviembre de este año se registró un gran volumen de lluvias, superando el promedio en varias localidades, principalmente en el Sudeste, Centro y Oeste y Matopiba, lo que favorece el desarrollo de cultivos de 1ª cosecha. Sin embargo, en el sur del país las precipitaciones registradas no fueron suficientes para alcanzar el promedio de gran parte de la región.
El crecimiento de la producción sigue al aumento de la superficie plantada. Según la empresa estatal, los agricultores brasileños destinarán alrededor de 72 millones de hectáreas a la siembra de cereales, incluidos cultivos de primera, segunda y tercera cosecha, un aumento de 4,3% respecto al período 2020/21.
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La soja y el maíz siguen siendo los dos principales productos que generan buenos resultados. Para oleaginosas se espera un incremento de 3,7% en el área a sembrar, alcanzando 40,3 millones de hectáreas. La productividad tiende a mantenerse cercana a la obtenida en la cosecha anterior, estimada actualmente en 3.539 kg/ha. Como resultado, se espera una cosecha de 142,8 millones de toneladas, desempeño que mantiene al país como el mayor productor de soja del mundo.
En el caso del maíz, el crecimiento esperado es de 34,6% en la producción total, con un volumen previsto de 117,2 millones de toneladas. El alto porcentaje refleja la recuperación de la productividad, principalmente en la segunda cosecha de cereales, que se vio impactada negativamente en el ciclo 2020/21 por las adversidades climáticas registradas.
También se espera un crecimiento en la superficie de siembra de algodón. La previsión es que el cultivo se produzca en una superficie de 1,49 millones de hectáreas, lo que se traducirá en un aumento de la producción. Sólo para la cosecha de penacho de fibra se espera un incremento de 10,7% respecto a la cosecha 2020/21, alcanzando los 2,6 millones de toneladas.
En el caso del frijol, la Conab espera un aumento de la producción impulsado por mejoras en la productividad de los cultivos. Aún con la expectativa de una menor superficie sembrada, sumando las tres cosechas, se espera que los productores de leguminosas cosechen 3,1 millones de toneladas. En cuanto al arroz, la estimación es que la superficie de cultivo se mantenga con una ligera caída en la producción de 2,5%, quedando en torno a los 11,5 millones de toneladas.
En la fase final de cosecha, la producción de trigo se estima en 7,8 millones de toneladas, un nuevo récord para el país.
Por: Eliza Maliszewski | Agroenlace