Hacia lluvias recientes que devastan Rio Grande do Sul, principal centro agrícola del país, ya han dejado un rastro de pérdidas estimadas en 423,8 millones de rands para la agricultura, revela un estudio de la Confederación Nacional de Municipios (CNM). El sector agrícola es el más afectado, como destaca el estudio, seguido por la ganadería, con pérdidas de 83 millones de rands y por la industria, registrando pérdidas del orden de 57,3 millones de rands. Estos números, sin embargo, sólo se refieren a 25 municipios que lograron registrar información en el sistema del Ministerio de Integración.
El CNM advierte que los valores podrían aumentar exponencialmente a medida que las aguas retrocedan y se contabilicen con precisión los daños. Si bien se preservan vidas y se minimizan los impactos de las inundaciones, se espera que las pérdidas superen las proyecciones actuales.
Las cifras preocupan a los productores que tendrán que lidiar con las repercusiones del clima en sus plantaciones. Romário Alves, director general de Sonhagro, destaca la necesidad de prepararse para afrontar los desafíos y obtener beneficios de las pérdidas.
Cómo documentar los daños climáticos y proteger los derechos agrícolas
“La agricultura está llena de riesgos y, a pesar de las precauciones, las condiciones climáticas pueden causar grandes daños”, afirma Alves. Destaca la vital importancia de que los productores sean conscientes de sus derechos y sepan documentar los daños causados por eventos climáticos extremos.
Para obtener beneficios de crédito rural por pérdida de cosecha, el productor debe seguir procedimientos que acrediten las causas y pérdidas de la cosecha. Entre las medidas recomendadas está la confirmación del motivo de la pérdida de cosechas, que incluye la recolección de materiales publicados en noticias sobre los problemas climáticos de la región, además de los decretos de calamidad que eventualmente emita el Poder Ejecutivo Municipal.
Otro punto relevante es la prueba de las pérdidas de cosechas. Alves propone varias acciones, como capturar fotografías y videos diarios de la propiedad rural y de la plantación, solicitar imágenes satelitales que destaquen las áreas afectadas, elaborar informes detallados sobre las pérdidas junto con un responsable técnico, entre otras medidas.
“Es importante que el productor esté bien documentado y siga de cerca todo el proceso de comprobación de pérdidas”, destaca Romário. Además, destaca la relevancia de presentar las pruebas directamente a las instituciones financieras, acompañadas de una solicitud de prórroga de los préstamos rurales antes del vencimiento, en base a un plan de pagos realista y la capacidad financiera del productor.
“Es imposible calcular el alcance del daño a los agricultores del Sur. Ahora, más que nunca, es crucial que nos unamos para ayudar en este momento difícil para Brasil”, concluyó Alves.
Por: Noticias Agrícolas