Imagen: Pixabay
El índice vegetativo es superior al de la temporada anterior en el norte de Mato Grosso, en el suroeste de Mato Grosso do Sul y en el oeste de Paraná.
Los cultivos, en general, están evolucionando de manera similar o superior al desarrollo promedio en la cosecha 2022/2023, en las principales regiones productoras del país, según el seguimiento de los cultivos de verano que realiza la Empresa Nacional de Abastecimiento (Conab). El Boletín de Monitoreo Agrícola, publicado este jueves (26), evalúa la situación agrometeorológica y el comportamiento de los índices de vegetación obtenidos a partir de modelos agrometeorológicos y teledetección para medir el desarrollo de las áreas cultivadas en varios estados productores.
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Los datos más recientes muestran que el índice vegetativo está por encima de la cosecha anterior en el norte de Mato Grosso, en el suroeste de Mato Grosso do Sul y en el oeste de Paraná. En el primer estado la diferencia se debe principalmente al retraso en la siembra de cultivos. En los dos últimos, la causa principal es el impacto de la falta de lluvias en el desarrollo de la cosecha anterior. Asimismo, en la región de Matopiba (área que comprende los estados de Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahía), las gráficas de evolución del índice vegetativo también indican un buen potencial productivo para los cultivos de soja y maíz en la actual cosecha.
En el sur de Goiás, el índice indica un desarrollo vegetativo similar al de la última cosecha. En el oeste de Santa Catarina, a pesar del impacto de las lluvias excesivas y las bajas temperaturas, que retrasaron la implementación y el desarrollo de los cultivos al inicio de la actual cosecha, el índice vegetativo se acerca al promedio, lo que indica una condición satisfactoria en el desarrollo del maíz. .primera cosecha y soja.
Por otro lado, el índice vegetativo está por debajo del promedio en el noroeste de Rio Grande do Sul debido a restricciones hídricas. Hasta el momento, los gráficos expresan condiciones más positivas en comparación con la última cosecha, que se vio fuertemente afectada por la falta de lluvias.
El estudio es resultado de la colaboración entre la Conab, el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet) y el Grupo de Monitoreo Agrícola Global (Glam), además de agentes colaboradores que aportan datos investigados en campo.
Por: datagro