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A Associação Brasileira da Indústria do Trigo (Abitrigo) concluiu, recentemente, a compilação dos resultados da Pesquisa de Moagem de Trigo Brasileira 2020, que indicou um aumento de 1% no volume de moagem, que corresponde ao aumento do consumo de farinha de trigo, no año pasado.
Según el presidente ejecutivo de Abitrigo, Rubens Barbosa, este aumento indica la baja influencia de la pandemia de Covid-19 y también de los aspectos económicos en el consumo de harina a lo largo de 2020. “Esta edición de la encuesta tuvo un alto grado de adherencia por parte de las fábricas brasileñas, el cual aportó 77.3% de los valores calculados. Además, 13,5% de los datos fueron obtenidos de publicaciones oficiales de la empresa, lo que indica que 91,2% de las encuestas atribuyen gran asertividad a los números”, explicó Barbosa.
La investigación indicó que se molieron 12.700.065 toneladas de trigo, lo que correspondió a 9,5 millones de toneladas de harina de trigo en las 156 unidades industriales que operan en Brasil. Se concentran principalmente en la región sur de Brasil, representando 65% del total de plantas del país.
Según Abitrigo, la harina producida se consumió principalmente en el segmento de panadería (46,9%), que se complementó con los sectores de pastas, galletas, pan industrial, food service y doméstico. Se observó un aumento en el consumo de harina en paquetes de 1kg y 5kg, para pastas y pan industriales, indicando una migración en el consumo de harina para uso culinario y facilidad de preparación.
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Altos precios del trigo y dificultades en el traslado.
Afectados por la apreciación del dólar y el aumento de los costos del trigo importado, factores que elevaron directamente los precios del grano nacional, los molinos pasaron 2020 luchando por trasladar esos aumentos a los precios de la harina.
El año pasado, Brasil importó 6,3 millones de toneladas de trigo, lo que representa 50% de las necesidades de suministro nacional. ”El mercado se vio muy afectado por los costos del trigo importado que, debido a su apreciación en el escenario mundial, indicó un aumento de 17%, entre enero y diciembre de 2020. Asociado a la variación del tipo de cambio de 29,1% en el año (BC) , esto representó un incremento de 50.1%”, destacó el mandatario.
Por otro lado, los precios de la harina, que aumentaron 33,3% en 2020, no siguieron la evolución de los costes de producción. En este escenario, los molinos siguen bajo presión, ya que el coste de producción sigue siendo elevado y la transferencia al producto final, la harina de trigo, aún no es suficiente.
“Los desafíos que enfrenta la molinería brasileña son enormes. El carácter esencial del consumo de trigo exige acciones concretas que garanticen la seguridad del abastecimiento del grano para que la producción nacional pueda crecer y, en el mediano y largo plazo, reducir o eliminar la dependencia externa y la vulnerabilidad del mercado interno”, concluye Barbosa.
La información es de Attuale Cominição.
Por: Gabriel Nascimento | Cultivos y mercado