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Uno de los pilares de la Alianza Internacional del Maíz (Maizall) es trabajar técnicamente con datos e información científica para aclarar a los países de la Unión Europea sobre el uso de la biotecnología y los Límites Máximos de Residuos (LMR). Para discutir el tema, representantes de Maizall (de la que forma parte Abramilho), la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), el US Grains Council y la National Corn Growers Association de Estados Unidos – se reunieron en el I Congreso Abramilho, en el panel “Biotecnología: ¿puede el mundo alimentarse sin ella?”.
El presidente de Maizall, Federico Zerboni, dijo que en marzo de 2023 la entidad viajó en misión a la Unión Europea, donde sostuvo reuniones con representantes de la Organización Mundial del Comercio (OMC), el parlamento europeo y productores rurales. Federico Zerboni destacó que, a pesar del Pacto Ecológico Europeo y los lineamientos De la granja a la mesa, los productores de la región están interesados en utilizar la biotecnología y prácticas agrícolas más modernas, pero enfrentan el dilema de perder los subsidios gubernamentales.
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El director de Abramilho, Bernhard Kiep, advirtió sobre el riesgo de un aumento significativo de los costos de producción para los productores de maíz brasileños debido a la posible suspensión del uso de moléculas ya aprobadas en los países miembros de Maizall.
Además, Brasil enfrenta dos leyes que servirán como barreras para los productos brasileños en la Unión Europea: la Deforestación Debida Diligencia y la Huella de Carbono en la Frontera.
La Debida Diligencia en Deforestación establece medidas de mitigación para el ingreso de productos provenientes de áreas deforestadas. Los países se clasificarán según su riesgo de deforestación: bajo, estándar o alto. Esta clasificación determinará el porcentaje de carga que será inspeccionada al ingresar al bloque europeo, siendo 1% para riesgo bajo, 3% para riesgo medio y 9% para riesgo alto de deforestación. Productos como la soja, el ganado vacuno, el cacao, el café, la madera, el caucho y el aceite de palma están sujetos a esta regulación, y aunque inicialmente se incluyó al maíz en la lista, luego fue eliminado.
En cuanto a la política de huella de carbono en frontera, también conocida como Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera (CBAM), su objetivo es combatir las llamadas “emisiones de fuga de carbono”, que se producen cuando las industrias trasladan su producción fuera de la Unión Europea para evitarlas. regulaciones climáticas más estrictas. Vale la pena subrayar que el CBAM no cubre los productos agrícolas, a excepción de los fertilizantes. La UE planea implementar CBAM en fases, comenzando con un plan de seguimiento en 2023, seguido de un período de prueba e implementación gradual a partir de 2026.
Bernhard concluyó diciendo que estos problemas requieren la unidad de Maizall para ser superados. “Estamos trabajando para demostrar que estas regulaciones son inviables. Lo ideal sería que prevaleciera el sentido común, dando razón a los miembros de Maizall. Ya tenemos todos los argumentos técnicos, pero también necesitamos trabajar con la sociedad civil para que comprendan nuestra realidad. Si no lo hacemos, el mundo podría pasar hambre”, concluyó el director de Abramilho.
Por: Noticias Agrícolas