Si es cierto que, para el agricultor, la soja es el producto más rentable, para las empresas que reciben los granos después de la puerta no es el mismo caso. Ésta es la conclusión de Consultoria Trigo & Florinhas, que por segundo año consecutivo comparó datos sobre la rentabilidad de los productores de cereales que reciben soja, maíz y trigo.
“El primer año nos demostraron que el trigo había sido el que presentaba mayor rentabilidad para este cerealista, pero, en ese momento, creímos que eran circunstancias de mercado. Hoy recibimos datos del año 2016 de la misma empresa, que tenía circunstancias completamente diferentes, pero el resultado fue casi el mismo: la ganancia de la soja fue de 5,1%, la ganancia del maíz fue de 11,7% y la ganancia del trigo fue de 11,4% (más del doble que la de la soja). . El margen bruto medio para todos los cereales fue de 7,5%”, señala T&F.
En opinión de la Consultoría, los productores de cereales (y las cooperativas, que deben tener los mismos porcentajes de beneficio) deberían esforzarse más en plantar y comercializar el trigo de forma adecuada y rentable: “Si el agricultor reduce la superficie, como ocurrió este año, tanto los productores de cereales como las cooperativas (como las empresas que suministran insumos y semillas) también reducirán sus ingresos por la venta de insumos (su mayor fuente de ganancias), semillas y la prestación de diversos servicios. Así que el camino a seguir es simplemente hacer lo correcto”.
“El agricultor quiere un precio remunerativo. ¿Y cómo se consigue? Conocemos varias cooperativas y molinos que cuentan con un departamento agronómico que logran precios muy por encima del promedio del resto porque son sumamente exigentes a la hora de determinar qué semillas sembrar y recibir en sus almacenes. No permiten que el agricultor plante lo que quiera, sin una planificación conjunta con la empresa, so pena de no recibir lo que produce. Cuanto más exigentes, mayores son las ganancias, porque la calidad de la harina depende de la calidad del trigo, y el trigo no segregado no tiene una calidad definida. Entonces, para vender buena harina, hay que plantar trigo adecuado para esa harina. Y quien tenga el control de este trigo tendrá oro en sus manos”, concluye el analista senior de T&F, Luiz Carlos Pacheco.
Fuente: Agroenlace