El gobierno indio ha prorrogado un año más, hasta marzo de 2025, la reducción de los impuestos a las importaciones de aceites comestibles. Esta iniciativa tiene como objetivo controlar la inflación de los alimentos, según información de Reuters del 16 de enero.
Originalmente, los impuestos reducidos a las importaciones de aceite crudo de palma (CPO), aceite crudo de girasol y aceite crudo de soja debían finalizar en marzo de 2024. La extensión se adelantó dado el interés del gobierno en mantener los precios estables antes de las elecciones, según observaciones de Sandeep Bajoria, director ejecutivo de la correduría de aceites vegetales Sunvin Group.
En diciembre, la inflación minorista anual en India se aceleró, marcando el aumento más rápido en cuatro meses, impulsada en parte por el aumento de los precios de ciertos alimentos, como informó Reuters.
India importa aceite de palma de Indonesia, Malasia y Tailandia, y aceite de soja y girasol de Argentina, Brasil, Rusia y Ucrania. En diciembre, las importaciones de oleína de palma refinada alcanzaron su punto máximo debido a los precios competitivos.
Sin embargo, esta política de largo plazo genera consecuencias negativas para los productores locales de oleaginosas. BV Mehta, de la Asociación de Extractores de Solventes de la India, señala que las importaciones baratas ejercen presión sobre los precios de las semillas, lo que desalienta a los agricultores a ampliar la siembra.
India, que importa más de dos tercios de su aceite comestible, enfrenta el desafío de aumentar la producción nacional de semillas oleaginosas. Los agricultores, a su vez, consideran que los cultivos alternativos son más rentables, una realidad que el país busca cambiar.