Impactos de la guerra entre Rusia y Ucrania en el agronegocio global

Impactos da guerra entre Rússia e Ucrânia no agronegócio global
Imagen: Pixabay

El 24 de febrero de 2022 marcó el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, un conflicto que ya cumple tres años. Ambos países son actores estratégicos en la región del Mar Negro y, principalmente, en la cadena de suministro del agronegocio, impactando significativamente en el sector global.

Antes de la guerra, el comercio exterior combinado de Rusia y Ucrania representaba aproximadamente 291 TP3T de las exportaciones mundiales de trigo, 191 TP3T de las exportaciones de maíz y 401 TP3T de aceite de girasol.

Escasez y altos precios de fertilizantes

En los primeros meses tras el inicio del conflicto, el mercado internacional sintió impactos importantes, especialmente en el suministro de fertilizantes esenciales, como potasio, urea, fosfato diamónico y amoníaco anhidro. Rusia es uno de los tres mayores proveedores de este mercado, junto con Canadá y Bielorrusia (un aliado político y comercial clave de Rusia), que juntos controlan alrededor de 80% del suministro mundial de fertilizantes.

Con las sanciones económicas y logísticas impuestas a Rusia, se suspendieron las exportaciones de fertilizantes a varios países, especialmente de Europa. Entre 2022 y 2023, los precios de estos insumos se duplicaron debido a la escasez de suministro ruso, lo que provocó un aumento generalizado del costo de varios productos básicos durante el primer año del conflicto.

Alternativas al suministro ruso

Las sanciones impuestas por la Unión Europea y Estados Unidos, combinadas con la retirada temporal de Rusia y Bielorrusia del mercado, llevaron a los países consumidores de fertilizantes a buscar alternativas de otros proveedores, a menudo a precios más competitivos.

Un estudio de la Instituto Internacional de Investigaciones sobre Políticas Alimentarias (IFPRI) reveló que las exportaciones de potasa de Bielorrusia cayeron al menos 50% en 2022 en comparación con el año anterior debido a las sanciones y restricciones al tránsito de mercancías a través de la Unión Europea. Las exportaciones rusas de urea y potasio mostraron una reducción en los primeros ocho meses de 2022 en comparación con el mismo período de 2021, pero registraron una recuperación en la segunda mitad del año. Sin embargo, el amoníaco ruso sufrió un impacto aún más severo: las exportaciones cayeron en 63% entre enero y agosto de 2022, como consecuencia del cierre del oleoducto de amoníaco Togliatti-Odessa, una de las principales rutas de exportación.

Los países más sensibles a las variaciones de precios, como India y naciones del África Subsahariana (ASS), enfrentaron dificultades para adquirir fertilizantes en el mercado internacional debido a los altos costos logísticos y la competencia, manteniendo parte de sus importaciones con proveedores rusos. 

Impacto en los productos básicos

Otro efecto significativo fue el aumento de los precios de los productos agrícolas, especialmente trigo, maíz Es girasol, cultivos ampliamente producidos en la región del Mar Negro y esenciales para el suministro mundial.

Júlia Vilela, especialista en aceite de girasol y aceite de oliva de Aboissa

El conflicto se ha intensificado en el este de Ucrania, una zona responsable de la producción de 21% de trigo, 17% de cebada y 19% de semillas de girasol cultivadas en el país entre 2016 y 2020. Con las invasiones en esta región, muchos agricultores han visto sus cultivos destruidos o se han visto obligados a abandonar sus tierras por razones de seguridad.

Según datos del gobierno de Ucrania, la producción de cereales cayó aproximadamente 29% entre 2021 y 2022, lo que generó una gran especulación en el mercado. Antes del conflicto, Ucrania era el mayor productor de girasol, representando 50% de las exportaciones mundiales de aceite de girasol, además de ocupar la tercera posición entre los mayores exportadores de cebada, con 18% de las exportaciones mundiales, el cuarto en el mercado de maíz, representando 16% de la oferta mundial, y el quinto en el comercio internacional de trigo, con 12% de las exportaciones mundiales.

La guerra afecta las exportaciones de trigo de Ucrania y redistribuye el mercado

El estallido de la guerra reavivó las preocupaciones sobre una crisis alimentaria mundial, ya que Ucrania era responsable de exportar 921.000 millones de toneladas de trigo a países en desarrollo. Las dificultades logísticas provocaron un aumento significativo del precio del trigo, presionando aún más la inflación en los productos derivados de este commodity.

Las exportaciones de trigo ucraniano al África subsahariana cayeron de 10% antes de la guerra a 3% después del estallido del conflicto, mientras que los envíos al norte de África cayeron de 53% a 34%.

Por otra parte, con la creación de rutas de transporte terrestre impulsadas por la Unión Europea, conocidas como “Corredores Solidarios”, la participación de Ucrania en las importaciones europeas ha aumentado considerablemente:

  • Trigo ucraniano: la participación de las importaciones europeas aumentó de 2% a 50%;
  • Maíz ucraniano: aumentó de 36% a 64%.

Impacto en el mercado del aceite de girasol

Los consumidores de aceite de girasol también sintieron duramente los efectos de la guerra, ya que Ucrania se vio obligada a reducir su participación en el mercado justo en medio de la cosecha récord de 2021.

El primer gran desafío para el sector fue la producción: muchas fábricas y plantaciones de girasol están situadas en el este de Ucrania, una región bajo dominio ruso o que es blanco de intensos ataques. En 2022, las unidades de trituración y refinación de girasol enfrentaron paradas prolongadas, algunas de hasta dos semanas, debido a los ataques rusos que afectaron el suministro de energía, obligándolas a operar con generadores limitados.

El segundo gran desafío fue logístico: transportar semillas a las fábricas y aceite a los puertos se volvió extremadamente costoso. Para seguir siendo competitivos, los productores han reducido sus márgenes tanto como han podido. Ante los puertos ucranianos bloqueados por los barcos rusos, se encontraron alternativas a través de la exportación, principalmente vía Polonia y Rumania. Sin embargo, esta solución generó fricciones con los países vecinos, ya que el aceite de girasol ucraniano llegaba a precios más bajos que los de los productores locales.

Corredor de cereales: un alivio temporal

La puesta en marcha del corredor de granos en julio de 2022 supuso un alivio para el mercado. Este acuerdo, negociado por las Naciones Unidas y Turquía, permitió que los cereales y parte de la producción petrolera de Ucrania se exportaran de forma segura a través de tres puertos de la región de Odessa.

Durante el año del acuerdo, Ucrania logró exportar alrededor de 33 millones de toneladas métricas de productos agrícolas, contribuyendo a la estabilización de los precios internacionales. Las semillas de trigo, maíz y girasol comenzaron a exportarse principalmente a Europa y Turquía, que producía el aceite y entraba al mercado con girasol refinado a precios más competitivos.

Los productores de petróleo también han adoptado estrategias logísticas innovadoras, desarrollando rutas seguras de transporte por ferrocarril y camión a los puertos de Rumania y Polonia. A partir de junio de 2022, estas medidas han permitido reanudar las exportaciones de aceite de girasol, contribuyendo a restablecer la posición de Ucrania en el mercado mundial.

Los impactos de la guerra entre Rusia y Ucrania continúan resonando en la economía global, especialmente en el sector agroindustrial. El mercado de fertilizantes, los precios de los productos básicos y la logística internacional se han visto profundamente afectados, y las soluciones emergentes (como nuevas rutas de exportación y acuerdos de transporte) aún enfrentan desafíos. Con el conflicto en curso, es probable que la inestabilidad en el suministro de granos e insumos agrícolas siga siendo un tema central en los próximos años.

Guerra y agronegocios: desafíos y adaptaciones globales

Además de los desafíos enfrentados en los últimos tres años, el conflicto actual entre Rusia y Ucrania mantiene al agronegocio mundial en un estado de incertidumbre. La volatilidad de los precios de los productos básicos, la presión inflacionaria sobre los alimentos y los desafíos logísticos siguen afectando la oferta mundial, especialmente en regiones más vulnerables como África y el sur de Asia. Además, la dependencia de los fertilizantes y granos de estas naciones reforzó la necesidad de diversificación de proveedores y de nuevas estrategias comerciales por parte de los países importadores.

Aunque iniciativas como el corredor de granos y los “Corredores Solidarios” han proporcionado un alivio temporal al mercado, su eficacia depende de la estabilidad política y diplomática entre las partes involucradas. La búsqueda de soluciones sostenibles y de largo plazo para garantizar la seguridad alimentaria mundial implica nuevas inversiones en la producción agrícola, el desarrollo de infraestructura logística y negociaciones comerciales más robustas.

Ante este escenario, el sector agroalimentario mundial debe seguir de cerca la evolución del conflicto, adaptándose a los cambios en la oferta, la demanda y las regulaciones internacionales. La resiliencia y la innovación en el agronegocio serán fundamentales para mitigar los impactos de la guerra y garantizar que la seguridad alimentaria mundial no quede rehén de las crisis geopolíticas.

Por Júlia Vilela, especialista en aceite de girasol y aceite de oliva de Aboissa

Reseña de Vanessa Ferreira

Facebook
gorjeo
LinkedIn

Aboissa apoya

Manténgase al tanto de las noticias
Es mejores oportunidades del
agronegocios – ¡regístrate ahora!