Imagen: Pixabay
Las limitaciones a las ventas externas de fertilizantes afectarían a los productores rurales mundiales durante la próxima siembra de cereales de invierno, prevista para este otoño de 2022, y durante la próxima siembra de cereales en la primavera de 2023, según citan los rusos.
“Además de la (disponibilidad de) semillas, la clave del éxito de la campaña de siembra es la disponibilidad de fertilizantes minerales. En las cantidades adecuadas y a precios asequibles”, afirmó la viceprimera ministra rusa, Viktoria Abramchenko, en las redes sociales.
Las restricciones a la salida de fertilizantes nitrogenados, de los cuales Rusia es uno de los mayores vendedores mundiales, fueron decididas por Moscú incluso antes del estallido de la guerra en Ucrania y estuvieron vigentes del 1 de diciembre al 31 de mayo.
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El presidente Vladimir Putin volvió a culpar a “los países occidentales hostiles de alimentar una crisis mundial de precios de alimentos y energía” al imponer sanciones comerciales como forma de presionar a Rusia para que dé marcha atrás en su invasión de Ucrania.
EL AZÚCAR SE CONVIERTE EN UN ARMA
Por otro lado, los comerciantes de materias primas comenzaron a restringir los envíos de azúcar a Rusia, con el objetivo de aumentar aún más los precios internos y aumentar la presión sobre el gobierno ruso.
El azúcar se utiliza mucho en Rusia, incluso para conservar frutas y hacer vodka. Viktoria Abramchenko dijo a la televisión estatal Rossiya 1 que el país tiene suficientes reservas de azúcar para satisfacer la demanda antes de que llegue la nueva cosecha de remolacha en septiembre.
Por: AGROENLACE