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Utilizados como alternativas a los antimicrobianos, los aceites esenciales, los probióticos, los prebióticos y los ácidos orgánicos actúan para mejorar el sistema inmunológico y la salud intestinal de los animales.
Para promover una salud única e integrada entre el medio ambiente, los seres humanos y los animales, la cadena global de producción de proteína animal ha buscado contribuir, a través de acciones impulsadas por diversos profesionales de diferentes áreas, a mitigar el riesgo que presenta la resistencia a los antimicrobianos (RAM), que es la Capacidad de un microorganismo para resistir los efectos de un medicamento, que se vuelve ineficaz, provocando que las infecciones persistan. Como resultado, la resistencia a los antimicrobianos representa una amenaza creciente para la salud pública mundial y requiere medidas de todos los sectores del gobierno y la sociedad.
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Como explicó anteriormente la Asociación Brasileña de Criadores de Cerdos (ABCS), el estudio de la resistencia bacteriana es complejo. Las infecciones causadas por bacterias a menudo se tratan con una terapia antimicrobiana inadecuada, lo que aumenta las posibilidades de fracaso del tratamiento y de mortalidad animal. En la producción animal, la aparición de genes de resistencia a los antimicrobianos en el ambiente agrícola puede estar relacionada con el uso inadecuado de antimicrobianos, por lo tanto, diferentes enfoques nutricionales pueden minimizar la dependencia del uso de antimicrobianos, como el uso de eubióticos, aditivos alimentarios que juegan un papel importante. papel clave en la salud animal, favoreciendo una microflora equilibrada, mejorando el tracto gastrointestinal, el estado de salud y el rendimiento. Entre los eubióticos destacan los aceites esenciales, los probióticos, los prebióticos y las mezclas de ácidos orgánicos.
aceites esenciales
Los aceites esenciales son compuestos bioactivos naturales derivados de plantas. En salud animal, han sido aliados en alimentación y nutrición, sumando al pienso efectos antimicrobianos, antiinflamatorios, antioxidantes e inmunomoduladores. Se utilizan principalmente aceites que tienen en su composición carvacrol, timol, cinamaldehído, citral y eugenol, como canela, clavo, laurel, citronela, albahaca, orégano, tomillo, rosa, verbena, mejorana, limoncillo, melisa y jazmín. Estos componentes pueden ser eficaces para aumentar la digestibilidad y la inmunidad, y promover la salud intestinal al minimizar el efecto de las bacterias infecciosas y controlar el olor y la emisión de amoníaco. Además, los estudios in vitro indican que los aceites esenciales aumentan la reserva de "bacterias buenas" y disminuyen las "bacterias malas" en los lechones.
Probióticos
Al igual que los humanos, los animales también se benefician del uso de probióticos, “bacterias buenas” capaces de colonizar y modular la microbiota intestinal sin causar daños, mejorando su funcionamiento. En el ámbito de la salud humana, pensamos inmediatamente en las marcas más famosas de leche fermentada, o incluso en el kéfir y la kombucha, que han ganado muchos adeptos en los últimos años. En salud animal, los más importantes son Lactobacillus, Bifidobacterium y Enterococcus, ya que aportan beneficios a los lechones lactantes y también en el post-destete, mientras que Bacillus subtilis presenta resultados más eficaces en la colonización intestinal de los animales en las fases posteriores.
Prebióticos
Los prebióticos son oligosacáridos (carbohidratos) no digeribles que estimulan el crecimiento y/o actividad de “bacterias buenas” en el intestino, modulan la respuesta inmune y promueven la adsorción de algunas micotoxinas (sustancias tóxicas producidas por hongos). Su uso en porcicultura se da en dietas reproductivas, de destete y de engorde, siendo las levaduras y sus componentes los principales representantes de esta categoría.
Mezclas de ácidos orgánicos
Las mezclas de ácidos orgánicos tienen la capacidad de acidificar el ambiente y reducir el pH gástrico, lo que resulta en una mayor actividad enzimática proteolítica y una mejor digestibilidad de los nutrientes, y también se utilizan para modular la flora intestinal del rebaño reproductivo y reducir la excreción de agentes patógenos por parte de las cerdas. y en consecuencia la contaminación de los lechones, además de minimizar la aparición de infecciones genitales y urinarias en las cerdas, mejorar el rendimiento de los animales de destete, minimizar la aparición de problemas intestinales en engorde y controlar y prevenir las infecciones bacterianas.
Por: Noticias Agrícolas