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Nadando contra corriente de la sequía, el agricultor Fernando Mantuán, de 27 años, destaca por su alta productividad en cultivos de granos y frutas. El secreto está en el riego: desde 2015, puso el agua en el centro de su gestión, habiendo invertido en 23 pivotes para irrigar 1.850 de las 4.300 hectáreas ubicadas en la región de Araguari, MG. El productor trabaja con maíz, semillas de soja, frijol, arveja, girasol, sorgo, trigo, café, cebolla y papa, siendo referencia en calidad para el mercado. “Desde 2007 plantamos tomates, me convertí en uno de los mayores productores de Brasil. Pero en 2015 nos dimos cuenta de que la cultura estaba en un momento inestable y vi un gran potencial en el pivote para recuperar la productividad”, comenta.
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Según datos difundidos por la Cooperativa de Productores Rurales (Coopercitrus), los dos primeros pivotes instalados, con una superficie de 280 hectáreas, fueron adquiridos a través de proyectos de Coopercitrus, planificados para generar mayor eficiencia con el uso racional del agua. “Hoy tenemos a Coopercitrus como un gran socio, presente en el día a día del cultivo y todo lo que se convierte en valor agregado a nuestra productividad”, afirma el productor.
Con el paso de los años, la superficie regada creció hasta alcanzar las 1.850 hectáreas en total. El suministro de agua, con una capacidad de 1,8 millones de litros de agua por hora, se realiza a través de presas, depósitos de agua y pozos artesianos: “Hacemos un plan para saber cuánta agua necesitaremos al año, y dentro de este plan sé cuántos metros cúbicos de agua necesitaré”, explica el productor.
Con la cantidad adecuada de agua durante todo el año, Fernando logró un nivel diferente de productividad. En promedio, calcula que cada hectárea regada representa la productividad de cuatro hectáreas de temporal. También aumentó la calidad de la producción, particularmente de la soja, con un promedio de 95 sacos cosechados por hectárea.
“Cuando regamos, eliminamos el riesgo. Esto genera más competitividad en las negociaciones, porque empezamos a trabajar con cultivos de alto valor agregado. Todo lo que podemos hacer para mejorar nuestro negocio, lo hacemos”, destaca el joven emprendedor.
Por: Aline Merladete | Agroenlace