La influencia del fenómeno climático de El Niño está provocando ajustes cruciales en el sector agrícola brasileño, exigiendo adaptaciones en las prácticas de gestión a lo largo del ciclo de cultivo. El equipo de campo de Stoller, empresa de Corteva Agriscience, ha estado colaborando con los productores en los últimos meses para abordar los desafíos que presenta este desafiante escenario, que incluye la intensificación de la sequía en las regiones Norte y Medio Oeste, así como intensas lluvias en el Sur. y zonas del Sureste.
Las proyecciones iniciales indican una cosecha de 308,5 millones de toneladas de cereales y legumbres en Brasil en 2024, 2,8% menos que en 2023. Además, el Departamento de Agricultura de EE.UU. prevé 129 millones de toneladas de maíz, por debajo de los 137 millones anteriores.
Jorge Felício de Stoller destaca la importancia de estrategias de manejo preventivo para proteger las plantas en condiciones adversas, buscando una mayor rentabilidad. Al mismo tiempo, Brasil, gran productor de maíz, se nota una reducción del cultivo en la segunda cosecha post-soja.
Felício de Stoller destaca dos conceptos para el maíz: Maneje, que mejora la absorción de nitrógeno, y Nutra&Defenda, que equilibra la nutrición y la protección de las plantas. Por tanto, estos conceptos garantizan una mejor resistencia al estrés y el mantenimiento de altas tasas fotosintéticas.
En el Sur, donde las enfermedades traen desafíos, se recomienda un manejo integrado y sustentable con uso estratégico de fungicidas, nutrición adecuada y tecnologías para la resistencia natural de las plantas.
En las regiones Centro, Norte y Nordeste de Brasil, los productores enfrentan sequía y calor. En consecuencia, adoptan prácticas para el manejo eficiente del agua, desarrollando raíces profundas y herramientas para retener el agua en el suelo, mitigando los impactos climáticos.
Fuente: Seane Lennon | Agroenlace