Es precisamente cuando los cultivos de frijol entran en la recta final de desarrollo cuando los agricultores pueden garantizar la mejor productividad de las plantas –y también la máxima rentabilidad– y hacer valer toda la inversión realizada hasta ese momento. Para lograr esto, es necesario lograr uniformidad de grano. Pero como estos granos maduran primero en la parte más baja de la planta y gradualmente ascienden, el agricultor tiene que adaptar el manejo para equilibrar este desarrollo. Ahí es donde entra en juego la desecación previa a la cosecha.
Esta práctica, realizada unos días antes de la cosecha, es una garantía de que el productor podrá preparar las plantas y optimizar el desgrano, lograr la uniformidad y el peso de los granos necesarios para obtener el mejor precio y además liberar el área de malezas que dañarían la próxima cosecha. Para lograr estos resultados, el agricultor debe gestionar en el momento adecuado. “Usualmente cuando las plantas alcanzan los 80% de su maduración fisiológica”, explica Agmar Macedo Assis, profesional de Desarrollo de Mercado de BASF.
La desecación interrumpe la evolución de la planta, pero de forma que continúa enviando nutrientes a los granos que no están completamente formados. Por tanto, siguen ganando peso. “Cuando el agricultor no realiza este manejo termina cosechando granos de baja calidad, color desigual y falta de aceptación en el mercado, lo cual es muy relevante en la evaluación del producto final”, dice Assis, quien también advierte al productor que no apresurarse: “Si se seca demasiado pronto, también se interrumpe este desarrollo final de los granos”.
Otro punto importante de la desecación previa a la cosecha es el control de las malas hierbas, ya sean latifoliadas o latifoliadas. Al ser un cultivo de ciclo corto, el frijol se ve muy afectado por las malezas. En esta fase final de la agricultura, el control reduce los impactos de la competencia de las malezas, facilita la cosecha de frijoles, despeja el área para el próximo cultivo y dificulta la formación de bancos de semillas invasivas. BASF presenta dos soluciones para esta etapa, los herbicidas Heat® y Finale®. Cada uno de ellos está indicado para una situación concreta y basta una sola aplicación para conseguir la eficacia deseada (sugerencia para completar la frase). En ambos casos, la acción se potencia si se aplica el herbicida con Assist® EC, un coadyuvante a base de aceite mineral que aumenta la extensión, adherencia y absorción de la mezcla.
Por: Noticias Agrícolas | Autor: BASF