El ajetreo de la vida cotidiana, combinado con la oferta masiva de productos industrializados y comida rápida, se ha convertido en un villano para la salud de los brasileños.
El ajetreo de la vida cotidiana, combinado con la oferta masiva de productos industrializados y comida rápida, se ha convertido en un villano para la salud de los brasileños. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), más de la mitad de la población del país tiene sobrepeso. Y lo que es peor: la obesidad afecta ya a 20% de adultos y a 7,3% de niños menores de 5 años. Los datos están en el informe de la FAO y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe, publicado la semana pasada.
Contrario a estos indicios, la nutricionista y presentadora Gabriela Kapim, del programa “¡Socorro! Mi hijo come mal”, presentado en el canal GNT, estuvo en Brasilia y habló con padres e hijos sobre el cuidado de su alimentación. El encuentro tuvo lugar en el “Mercadinho”, evento quincenal que reúne a agricultores familiares y productores orgánicos del DF en el Brasília Shopping para exhibir y vender alimentos y productos.
“Mi objetivo es llegar a más y más medios de comunicación para que podamos llegar a más niños y familias. ¿Qué valor real tiene la comida en tu vida? Porque cuando sea realmente importante, su hijo aprenderá”, afirmó Kapim en una entrevista con el portal Sead.
La presentadora de 38 años abandonó su carrera deportiva para dedicarse a la nutrición y refuerza que los hábitos alimentarios saludables se inician desde temprano. “Tuve una infancia muy rica en nutrientes. Teníamos una finca y cuando terminé de jugar con mis primos, no había galletas ni ninguna otra golosina, sino guayaba, mango, caquis, moras. Entonces, la conversación entre las madres fue: '¿Tienes hambre? Lleva un mango allí y cómelo'. No mimimí. Esto trajo una alimentación muy rica para mí y mis primos”, recordó.
Por eso el papel de los padres es crucial para los más pequeños. “Por ejemplo, ¿cómo voy a exigirle a mi hijo que se siente a la mesa a comer, si yo todos los días me siento en el sofá frente al televisor o la tablet? No tiene sentido para el niño. Es muy coherente: aprende mucho más de lo que observa en el mundo que de lo que le dicen que haga”, añadió.
En casa y en la escuela
Además del papel fundamental de la familia en la elección de los alimentos que se sirven en casa, otro protagonista de la buena alimentación son los colegios. La buena noticia es que en 2017 la educación pública de todo el país cuenta con un presupuesto de 1.240 millones de rands para comprar alimentos de la agricultura familiar y utilizarlos en los almuerzos a través del Programa Nacional de Alimentación Escolar (Pnae).
El Pnae existe desde 1955 y tiene como objetivo contribuir al aprendizaje, rendimiento académico, crecimiento, desarrollo y calidad de vida de los estudiantes de las escuelas públicas de Brasil. De esta manera se garantiza una alimentación saludable compatible con las necesidades nutricionales de niños y adolescentes en sus respectivas edades.
La compra de alimentos es subsidiada por el Gobierno Federal, que asigna recursos a cada municipio. Desde la creación de la ley 11.947/2009, al menos el 30% de los productos adquiridos deben provenir de la agricultura familiar.
Lonchera saludable
Para frenar las tasas de obesidad, una de las principales comidas del día, el almuerzo, merece especial atención. ¿Pero cómo comer bien y no pasar hambre? “Una lonchera saludable necesita tener alimentos con todas las funciones. Es decir, alimentos energéticos (arroz integral, yuca, patatas, boniatos, ñame, ñame); reguladores (frutas y verduras); y reconstituyentes (carne, legumbres, frijoles, soja, garbanzos, lentejas). Con imaginación y algunas habilidades culinarias, es posible crear combinaciones nutritivas, sabrosas y atractivas”, explica la nutricionista de Emater-DF y del Banco de Alimentos del Abastecimiento Central (Ceasa) de Brasilia, Lidiane de Matos.
Para poner en práctica los consejos, la nutricionista sugiere un menú de lunes a viernes. Ya sea para quienes llevan el almuerzo al trabajo o para quienes comen en bandejas u otros restaurantes. Cabe mencionar que la cantidad de cada alimento depende de las necesidades nutricionales de cada persona. En caso de duda, busque un especialista.