2024 será el año más caluroso jamás registrado, con un impacto directo en la agricultura mundial y brasileña.
El último informe del Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S) confirma una predicción alarmante: se espera que 2024 sea el año más caluroso jamás registrado, superando por primera vez el límite de 1,5°C por encima de los niveles preindustriales en promedio anual. Basado en el conjunto de datos ERA5, el estudio revela que en los primeros 10 meses del año ya se han registrado temperaturas globales récord. Este hito histórico no sólo agrava el cambio climático, sino que también tiene implicaciones importantes, especialmente para la agricultura mundial y brasileña.
Impactos en Brasil
La agricultura brasileña, una de las más grandes del mundo, enfrenta desafíos cada vez mayores debido al cambio climático. Cultivos esenciales como soja, maíz y el café, son muy vulnerables a los extremos climáticos. La intensificación de las sequías en el Centro-Oeste y las lluvias excesivas en el Sur impactan directamente en la productividad y aumentan los costos de riego. Además, el aumento de plagas y enfermedades agrícolas, favorecidas por el calor, pone en riesgo cultivos enteros.
Se espera que las regiones semiáridas, como el noreste, enfrenten períodos de sequía más prolongados, mientras que las áreas tradicionalmente productivas, como el sur, corren un mayor riesgo de inundaciones. Esta inestabilidad climática requiere la adopción de prácticas agrícolas más resilientes y el uso de tecnologías que promuevan la eficiencia y la sostenibilidad.
La agricultura en el contexto global
En el escenario internacional, grandes productores como Estados Unidos, China e India también enfrentan graves desafíos. Los cambios en la distribución de las precipitaciones comprometen las plantaciones a gran escala y afectan todo, desde el trigo en Europa hasta el arroz en Asia. Además, el derretimiento de los glaciares acelera la pérdida de fuentes de agua esenciales para la agricultura en países como India y Pakistán, empeorando la crisis alimentaria mundial.
Lo más destacado de la COP29 sobre agricultura y cambio climático
La COP29, celebrada recientemente, abordó los crecientes impactos del cambio climático en la agricultura. Además, destacó soluciones prácticas para proteger los sistemas de producción y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Entre las soluciones presentadas, la agricultura regenerativa se destacó como un enfoque prometedor. Por ejemplo, esta práctica promueve la recuperación de suelos, el secuestro de carbono y el aumento de la biodiversidad, contribuyendo a la adaptación a las nuevas condiciones climáticas. De manera similar, se ha alentado ampliamente la innovación tecnológica, como la agricultura de precisión, la biotecnología y la inteligencia artificial, para optimizar los recursos y aumentar la resiliencia agrícola. Lo más importante es que se hizo hincapié en democratizar estas tecnologías para los pequeños agricultores.
Por otro lado, se destacó la financiación climática como esencial para permitir prácticas agrícolas sostenibles en los países en desarrollo. Además, se reforzó como prioridad el intercambio de conocimientos y tecnologías entre naciones. En resumen, la cooperación internacional es crucial para acelerar la transición hacia sistemas agrícolas más resilientes y sostenibles.
Un llamado a la acción
La COP29 dejó en claro que la seguridad alimentaria y la protección ambiental dependen de un enfoque integrado que conecte la mitigación de emisiones y la adaptación al cambio climático. Involucrar a todos los actores, desde los agricultores hasta los gobiernos y la sociedad civil, será clave para implementar soluciones efectivas.
El futuro de la agricultura global requiere acciones colectivas y sostenibles para enfrentar los desafíos de un escenario climático cada vez más adverso.
Fuente: Aline Merladete | Agroenlace