
El mercado brasileño del cacao afronta un comienzo de año desafiante. En el primer trimestre de 2025, la volumen de recibos La producción nacional alcanzó las 17.758 toneladas de almendras, una importante caída de 67% respecto al último trimestre de 2024, cuando se registraron 54.435 toneladas. En comparación con el mismo período del año pasado, cuando el volumen alcanzó 18.700 toneladas, la disminución fue de 5%.
Los datos, elaborados por SindiDados – Campos Consultores y divulgados por la Asociación Nacional de Industrias de Procesamiento de Cacao (AIPC), representan el segundo menor volumen registrado para un primer trimestre en los últimos cinco años, solo por encima del observado en 2021.
Para Anna Paula Losi, directora general de AIPC, la fuerte caída pone de relieve la fuerte estacionalidad de la cosecha y, principalmente, las dificultades para sostener la producción nacional frente a la demanda de la industria.
Con la escasez de oferta y la disminución de la demanda, la molienda también cayó durante el período. La industria brasileña procesó 52.135 toneladas de cacao entre enero y marzo, una caída de 13% en comparación con las 59.942 toneladas del mismo período de 2024. En comparación con el último trimestre del año pasado, con 59.589 toneladas procesadas, la reducción fue de 12%. Pese a la caída, el volumen industrializado fue casi tres veces mayor que el total recibido en el mercado interno, lo que indica una fuerte dependencia de la almendra importada. El déficit de 34.377 toneladas entre el total molido y el volumen nacional puso de relieve la necesidad de importaciones para satisfacer la demanda de la industria.
Producción regional y comercio exterior
Entre los estados productores, Bahía se mantuvo como el principal proveedor en el primer trimestre de 2025, con 11.671 toneladas, poco más de 65% del total nacional. El volumen creció 2% en comparación con el mismo período de 2024, pero cayó 73% en comparación con el cuarto trimestre, debido a la estacionalidad. Pará registró 4.223 toneladas, una caída de 28% en la comparación anual y 51% en comparación al trimestre anterior, representando 24% del total nacional. Espírito Santo tuvo un avance significativo, con 1.743 toneladas y un aumento de casi 37% en la comparación anual, alcanzando su mayor volumen en la serie reciente. Rondônia, por otro lado, representó menos de 1% de la producción nacional, con 119 toneladas, una caída de casi 24% en comparación con el año anterior.
En el comercio exterior, las exportaciones de cacao crudo cayeron en 65% en el primer trimestre de 2025, pasando de 87 a 30 toneladas. Por otro lado, las importaciones de almendras aumentaron en casi 30%, adquiriendo Brasil 19.491 toneladas en el trimestre. Aún así, incluso con el volumen adicional, la oferta total —entre producción nacional e importaciones— no cubrió la demanda, generando un déficit de 14.886 toneladas. Según Anna Paula Losi, la industria utilizó los stocks restantes para abastecer el mercado interno y cumplir contratos externos. Esto refuerza la importancia de las importaciones como compensación en períodos de baja producción.
Además, las importaciones de derivados del cacao también disminuyeron, con 7.633 toneladas importadas entre enero y marzo, una caída de 25,1% en comparación con el mismo período de 2024. Paralelamente, las exportaciones de derivados cayeron en 2,8%, totalizando 9.287 toneladas, en comparación con las 9.558 toneladas del año anterior. Estos datos indican una desaceleración de la demanda interna y externa, influenciada por la inestabilidad del mercado mundial del cacao.
Escenario internacional e importaciones
Según un análisis de la consultora StoneX, encargado por AIPC, el escenario internacional del cacao sigue bajo el fuerte impacto de déficits consecutivos desde la cosecha 2021/22. La caída de la producción en África Occidental, con descensos de 25,31 TP3T en Costa de Marfil y 18,91 TP3T en Ghana en la cosecha 2023/24, arrojó un déficit de más de 460 mil toneladas. La reducción de los stocks globales llevó el volumen a 1.327 mil toneladas, resultando en la relación stock-demanda más baja de los últimos 50 años, de apenas 27,2%.
Este desequilibrio estructural mantiene los precios altos, aunque hay señales de normalización en la curva de contratos de futuros en Nueva York. La perspectiva de un clima más seco en África occidental sigue siendo un motivo de preocupación, especialmente para la cosecha intermedia de abril a septiembre.
Por otro lado, las preocupaciones sobre la demanda limitan los movimientos alcistas. Los datos mundiales de molienda del último trimestre de 2024 indicaron una caída de 4,6% interanual, y la proyección de la Organización Internacional del Cacao (ICCO) apunta a un posible superávit mundial de 142 mil toneladas en 2024/25. Basándose en una caída menos pronunciada de la demanda, en la que aún podrían incidir las incertidumbres en la actividad económica mundial, StoneX proyecta un superávit de 41.000 toneladas, según una estimación más conservadora. El escenario apunta a un año de fuerte volatilidad de precios, que deberían mantenerse elevados durante todo 2025, con la posibilidad de un descenso sólo a partir del último trimestre, dependiendo de la recuperación climática y de las condiciones de la próxima cosecha.
Fuente: Aline Merladete | Agroenlace