¿Alguna vez pensaste en cosechar 132 sacos de trigo por hectárea? El campeón de productividad elegido por Cultivating Wheat Challenge demostró que es posible. El récord ocurrió en la cosecha de trigo de 2016, en la propiedad de los hermanos Koenig, Evandro y Renato, en el municipio de Espumoso/RS. En el área auditada, los agrónomos lograron alcanzar 132 sc/ha, prácticamente triplicando la productividad respecto del promedio nacional, que fue de 53 sc/ha. La semana pasada, Evandro Koenig compartió los secretos de su logro con otros productores en una acción promovida por Basf en alianza con Biotrigo.
Según Evandro, en la propiedad Agrícola Koenig el trigo siempre ha sido una opción de cultivo de invierno. La pasión por el trigo ha pasado de padres a hijos desde los años 50. Año tras año, gracias a la tecnología, la productividad ha ido aumentando -salvo cuando el tiempo no ayudaba- en caso de heladas tardías y/o lluvias excesivas al final de la temporada. el año. “No hemos dejado de producir trigo, incluso después de cosechas fallidas. Para nosotros el trigo es muy importante dentro del sistema de producción, porque es fundamental para equilibrar la salud del suelo, fertiliza el sistema, mantiene el área libre de invasores y produce paja. No vivimos sólo del trigo, sino que el cultivo mantiene la finca en actividad, diluye los costos fijos de la propiedad y propicia la cosecha de soja”, relata Evandro.
La fórmula para alcanzar el techo alto de producción se resumió en tres factores: buen clima en 2016, inversión en un buen cultivar y manejo. “Elegimos producir TBIO Toruk en esta cosecha, un cultivar con un potencial productivo muy alto. La zona de plantación elegida también tiene un historial de fertilidad muy bueno. Buscamos orientación técnica y observamos la planta día a día para realizar un manejo adecuado, dependiendo del desarrollo de la planta”. En la cosecha 2016 el promedio general fue de 85 sc/ha y la producción fue de 5.100 kg por hectárea.
“La investigación viene brindando nuevas perspectivas con el desarrollo de materiales cada vez más productivos que cumplan con los requerimientos de la industria molinera”, afirma el agricultor. ¿Y para la cosecha 2017? “Sí, plantaré trigo, aumentaré el área de 200 a 350 ha, seguiré sembrando TBIO Toruk y otros materiales, como TBIO Sinuelo y TBIO Sossego, porque nuestra intención es llegar a niveles aún mayores”, concluye.
¿Y cómo fue la gestión?
En el área sembrada con TBIO Toruk, el cultivo se implementó en un área limpia, sin competencia de plantas y pastos invasores, bien seca y manejada. Se aumentó la dosis de Nitrógeno y se dividió su aplicación en tres fases: en la fase de doble anillo, espiguilla terminal y en engomado, enfocándose en momentos específicos donde la planta requería mayor disponibilidad de N. Los tratamientos de enfermedades se realizaron en 4 ocasiones, en además de un buen fertilizante base.
Fuente: Agroenlace