La encuesta del instituto de consultoría Quaest, realizada entre el 2 y el 6 de mayo entre 2.045 personas en 120 municipios, reveló que 99% de brasileños perciben una relación entre el cambio climático y inundaciones en Rio Grande do Sul. Entre los entrevistados, 64% ven la tragedia totalmente vinculada al cambio climático, 30% en parte y 5% ven poca conexión. Sólo 1% de los participantes no notan ninguna conexión.
“Esta investigación demuestra la creciente conciencia y preocupación de la gente sobre los efectos del cambio climático. Además, cuando se habla de cambio climático, es vital resaltar que es el resultado de prácticas económicas lineales: extraer, producir, descartar. Del total de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos a nivel mundial, 55% están relacionados con fuentes de energía; 45% están vinculados a la forma en que fabricamos y utilizamos productos, materiales y alimentos en la actual economía lineal”, comenta Luisa Santiago, directora ejecutiva para América Latina de la Fundación Ellen MacArthur.
Economía circular: clave para el cambio climático
Para abordar el cambio climático, según ella, es crucial considerar tanto la transición a fuentes de energía renovables como la transición a una economía circular. Por tanto, aplicar estrategias de economía circular en cinco sectores (cemento, aluminio, acero, plástico y alimentos) puede eliminar 9.300 millones de toneladas de CO2e para 2050, el equivalente a las emisiones actuales de todos los modos de transporte.
“Necesitamos la economía circular para resolver la crisis climática y evitar consecuencias ambientales. Pero, más que eso, la economía circular es también una agenda para la innovación, el aumento de la productividad y la competitividad en la industria. Además de generar empleo e ingresos. Es, por tanto, una forma de combinar beneficios ambientales, económicos y sociales y generar una economía más resiliente”, concluye.
Fuente: Leonardo Gottems | Agroenlace