Imagen: Pixabay
“Desde hace años, en un proyecto con investigadores de la Universidad de São Paulo, en Brasil, y de Newcastle, Inglaterra, trabajamos para 'aprovechar' una herramienta muy poderosa, que es el enfoque de redes ecológicas. En términos generales, este enfoque lo que permite es comprender la complejidad de los sistemas naturales, considerándolos como una gran 'red de redes' en la que, al igual que Internet, hay muchos elementos interconectados y procesos que ocurren simultáneamente”, afirmó Mariano Devoto, profesor en el Departamento de Botánica General de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA).
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Estos sistemas se componen de múltiples partes (especies animales y vegetales) interconectadas de diversas maneras, como cuando una abeja poliniza una flor, o cuando un herbívoro come una planta, o cuando un insecto parasita y mata a otra especie animal. Al registrar la complejidad de los agroecosistemas y relacionarla con los servicios ecosistémicos que brindan, se puede generar una gestión agrícola sostenible que mejore la biodiversidad y la producción de alimentos al mismo tiempo.
“Este estudio se llevó a cabo en una granja típica del sureste de Inglaterra y en cierto modo 'rompió' la disciplina porque fue el primero de su tipo, con un enorme esfuerzo financiero y humano. Se basó en un impresionante conjunto de datos construido a lo largo de los años por el grupo de la Dra. Jane Memmott en la Universidad de Bristol en Inglaterra. En todos los ambientes de esa finca, muchas personas probaban semana tras semana la fauna y flora de las costas. También registraron todas las interacciones posibles en las redes, como polinización, dispersión de semillas y depredación o control de herbívoros, entre otras”, explicó Devoto.
Por: Leonardo Gottems | Agroenlace