El anuncio de la compra de Monsanto por parte de Bayer sacudió a la agroindustria en todo el mundo, generando interrogantes sobre posibles repercusiones en el mercado. En opinión del especialista Flávio Hirata, de Consultoria Allier Brasil, “hay una sinergia muy grande entre las empresas. Es como el hambre y las ganas de comer: basta con ir añadiendo una empresa a otra”.
“Bayer básicamente tiene productos agroquímicos, ese es el negocio que busca desarrollar. Monsanto, en cambio, sólo tiene un producto agroquímico, que es el glifosato, y su fuerte es la biotecnología: las semillas, donde es el número uno. Bayer no tiene glifosato –nadie tiene un producto similar– con la misma eficacia, el mismo precio y la misma competitividad que el glifosato”, explica.
Hirata, ingeniero agrónomo que trabaja desde hace muchos años en el mercado de agroquímicos, explica que habrá una concentración natural en la oferta de insumos: “Estas consolidaciones terminan resultando en la verticalización total de los eslabones de la cadena. Desde el suministro de productos técnicos hasta semillas. Tienen la fuente de la materia prima, es decir el producto técnico, tienen registros, tienen distribución, tienen crédito y ahora tienen semillas”.
“Aunque no tienen 'superposición', ni una línea de productos superpuesta, esta empresa resultante concentrará más fuerza en el mercado. Los agricultores se volverán más dependientes de estas empresas. Porque antes compraba semillas de uno, glifosato de otro y químicos podía elegir entre varias opciones. Ahora, al volverse vertical, las opciones disminuyen”, observa.
Según el experto, un factor positivo es la oferta de crédito: “Estas empresas tienen y dan crédito, apalancan a los productores. Entonces es bueno en cierto modo. Sin embargo, por otro lado, el agricultor obtendrá crédito de quienes lo tengan para ofrecer, y quienes lo tienen son estas grandes empresas”.
Preguntado sobre el posible impacto en los precios al consumo, Hirata explica que, en Brasil, el precio está estrechamente vinculado al dólar. “Las empresas bajaron sus precios en dólares, porque el mercado agropecuario no ha sido fácil en los últimos tres años. Aunque el sector está emergiendo en la economía brasileña, no es fácil, porque en varias regiones ha habido problemas con malas cosechas. Entonces hay muchos grandes productores en proceso de recuperación judicial. No puedo decir cómo serán los precios dentro de cinco o diez años. Pero si el dólar se mantiene estable, la tendencia es a mantener o aumentar los precios, porque la competencia aún es muy poca. A medida que aumenta la competencia, con más registros de productos, los precios tienden a bajar. Si hay una empresa, es un precio, si hay 20 empresas, los precios tienden a bajar”, concluye.
Fuente: Agroenlace