El nuevo retrato de la citricultura realizado por Fundecitrus a través del Encuesta de Estimación de Cosecha (PES) 2017 mostró que el número de huertos abandonados tuvo una reducción de 70% al pasar de 6.511 hectáreas, identificadas en el relevamiento realizado en 2016, a 1.977 en 2017, en Parque de cítricos de São Paulo y Minas Gerais que comprende una superficie total de 402.566 hectáreas de huertos de naranjos, incluidas las principales variedades plantadas.
Las 4.534 hectáreas que ya no estaban abandonadas fueron reactivadas, es decir, regresaron a la zona de producción de naranja. El principal motivo de la reactivación de estas zonas, que suponen uno de los principales problemas fitosanitarios en el cultivo de cítricos, es la mejora de las condiciones de los precios de la naranja y la ampliación del mercado.
Los huertos abandonados son aquellos sin tratamientos culturales, control fitosanitario insatisfactorio, un alto nivel de infestación de plagas y enfermedades y malezas altas.
Estas características indican que no habrá cosecha en estos huertos en la cosecha actual. “Estas áreas representan un gran riesgo para el cultivo de cítricos, ya que sirven como una fuente constante de enfermedades y caldo de cultivo para plagas, especialmente el psílido Diaphorina citri, que transmite el greening, la peor enfermedad de los cítricos. Hay que erradicarlos porque comprometen a los citricultores que están cuidando sus huertos y desarrollando un control adecuado”, afirma el director general de Fundecitrus, Juliano Ayres. “Los citricultores que establecen un nuevo huerto son actualmente profesionales y conscientes de la complejidad de la actividad y de los riesgos fitosanitarios existentes. Sin embargo, vale resaltar que incluso frente a los desafíos verdes, la industria citrícola de São Paulo viene modernizándose y aumentando su eficiencia y producción”, agrega.
El censo también mostró que la caída en la producción de cítricos fue menor este año, pasando de 28.842 hectáreas (2016) a 14.307 (2017), una diferencia de 50%. De las erradicadas en 2017, se replantaron de naranja 2.344 hectáreas, esta renovación corresponde a 28% de las 8.476 hectáreas de huertos formados en 2016.
“La reducción de las erradicaciones, la renovación de los huertos y la recuperación de zonas mal gestionadas o abandonadas son señales de que el sector es más optimista respecto a la naranja, pero el mantenimiento de las nuevas plantaciones en niveles bajos también muestra una actitud cuidadosa por parte de productores, la preocupación por no aumentar excesivamente la oferta ante la caída de la demanda en los principales mercados de zumo de naranja”, afirma el coordinador del PSE, Vinícius Trombin.
Fuente: Agroenlace