Los precios del maíz en Brasil continúan aumentando, impulsados por el movimiento internacional en el mercado de este grano. El análisis de CEEMA muestra que el precio promedio por maleta en Rio Grande do Sul alcanzó R$ 53,98, lo que representa un aumento significativo en comparación con el anterior R$ 50,00. En otras regiones brasileñas, los precios variaron entre R$ 36,00 y R$ 56,00 por bolsa. En la Bolsa (B3), al cierre de la jornada del miércoles (24), las principales posiciones oscilaban entre 57,75 R$ y 62,05 R$ por bolso.
Actualmente, datos de la Secretaría de Comercio Exterior (Secex) revelan que, hasta el final de la tercera semana de abril, Brasil exportó 34.236 toneladas de maíz, lo que representa apenas 7,3% del total exportado en abril del año anterior. Este escenario destaca una caída significativa, de 91,3%, en el promedio diario de envíos en comparación con el mismo período de 2023. Además, entre enero y marzo de este año, las exportaciones brasileñas de maíz alcanzó los 7 millones de toneladas, en contraste con los 9,4 millones de toneladas exportadas en el mismo período de 2023, según indican datos de Grão Direto.
Avances y desafíos a pesar del aumento de precios
En tanto, Conab informó que la cosecha de maíz está sembrada, con 24.2% en desarrollo vegetativo, 43.2% en floración y 32.1% en granos de relleno. Conab informa que ya han cosechado 56,7% del área total de cosecha de verano, aunque estas cifras difieren de las estimaciones privadas. São Paulo (100%), Paraná (96%), Santa Catarina (90%), Rio Grande do Sul (82%), Minas Gerais (56%), Bahía (32,8%) y Goiás (6%) lideran la cosecha.
En Paraná, según el Departamento de Economía Rural (Deral), hasta el 25 de abril, 18% de los cultivos de safrinha se encontraban en fase vegetativa, 30% en floración, 49% en fructificación y 3% en maduración. Las condiciones del cultivo se clasificaron como 69% buenas, 21% regulares y 10% malas.
En Mato Grosso do Sul, Famasul informó que 62% de cultivos fuera de temporada son buenos, 18,5% regulares y 19,5% malos. Se estima que la siembra alcanzará los 2,2 millones de hectáreas, una reducción de 5,8% respecto al año anterior. Se espera que la productividad final promedio alcance los 86,3 sacos por hectárea, lo que representa una reducción de 14,2% respecto al año anterior. Esto se traducirá en una producción final estimada de 11,4 millones de toneladas, lo que supone una caída de 19,2% respecto a 2023.
Fuente: Aline Merladete | Agroenlace