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Los planes para ayudar al pueblo de Ucrania tras la destrucción de la presa de Kakhovka se centran en salvar vidas “ahora”. El mensaje es del Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths. En una entrevista con Noticias ONU, dijo que la prioridad en este momento es “salvar a la gente y llevarla a lugares donde estén seguros y puedan comer y obtener agua potable”.
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Terrible shock
A medio plazo, Griffiths cree que será necesario evaluar las “consecuencias humanitarias de este terrible acto”. El jefe humanitario destacó que 700.000 personas se encuentran actualmente sin acceso a agua potable.
Además, recordó que ésta es “una de las zonas más minadas del mundo” y que ahora los artefactos explosivos están “flotando”.
El Coordinador de Asistencia Humanitaria de las Naciones Unidas cree que la tercera fase de esta crisis representará “el shock más terrible para el pueblo de Ucrania, pero también para el Sur Global”.
Martin Griffiths dice que los precios mundiales de los alimentos "seguramente" se verán afectados, ya que se trata de un área importante de producción de trigo y las cosechas a corto plazo se han visto completamente afectadas.
Ayuda humanitaria continua
En reacción a las críticas a las acciones de la ONU, el subsecretario general afirmó que el objetivo de la organización era avanzar la respuesta humanitaria “lo más rápido posible” en las regiones afectadas.
Griffiths recordó que desde finales del año pasado se ha estado reuniendo con autoridades locales del país devastado por la guerra, con el objetivo de asegurar la llegada de ayuda humanitaria de forma “continua”.
“Ayer dos convoyes fueron a Jersón para entregar ayuda. Hasta el momento ya hemos llegado a 30 mil personas. Este viernes se envió otro convoy. La máquina está funcionando”.
2.500 personas perdieron sus hogares
Cuatro días después de que fallara la presa, las inundaciones comenzaron a disminuir, aunque el incidente sigue provocando desplazamientos y aumentando las necesidades humanitarias.
En la región de Kherson, que está bajo control ucraniano, la Organización Internacional para las Migraciones, OIM, informó que 320 personas fueron desplazadas en las últimas 24 horas. El número total de personas que tuvieron que abandonar sus hogares llegó a 2.500.
Griffiths dijo que estaba en contacto con las autoridades rusas para negociar un “acceso seguro a través del frente” en ambos lados del conflicto.
Esperanza en Sudán
Sobre la crisis en Sudán, donde los combates entre fuerzas militares rivales se han intensificado desde el 15 de abril, Griffiths expresó esperanza. Cree que el alto el fuego más reciente, previsto para comenzar el 10 de junio, puede funcionar y crear “una ventana de oportunidad para llevar ayuda”.
"Lo que es fundamentalmente importante es el comienzo de un proceso que ponga fin a esta guerra, que aborde las razones por las que comenzó y que restablezca el gobierno civil".
Griffiths afirmó que “esto es lo que todos los trabajadores humanitarios quieren: poner fin a sus actividades debido a la resolución del conflicto”.
Por: datagro