Imagen: Pixabay
La soja ya se cultiva en Francia, Italia, Serbia, Rumania y Austria.
A largo plazo, cada vez más tierras cultivables en Europa serán aptas para la producción de soja. Así lo señala un estudio publicado por el Centro de Investigación del Panorama Agrícola de Leibniz (ZALF) en la revista científica “Global Change Biology”.
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Según el estudio, esto permitiría a la Unión Europea (UE) prescindir en el futuro de gran parte de las importaciones de soja desde Brasil y Estados Unidos. Según los autores, una transición hacia cultivos más resistentes a la falta de lluvias y a las altas temperaturas compensaría las pérdidas de rendimiento esperadas en el viejo continente, especialmente en el sur de Europa.
“El cambio climático exige repensar la producción agrícola en relación con variedades y cultivos más adaptados al calor y la sequía. La soja es un cultivo herbáceo que prospera en condiciones de calor y proporciona nitrógeno, un nutriente importante para las plantas que, de otro modo, los agricultores tendrían que fertilizar”, explican los europeos.
La soja ya se cultiva en Francia, Italia, Serbia, Rumania y Austria, a menudo bajo riego artificial. "La expansión del cultivo de soja en regiones que antes eran más frías amplía las posibilidades de los agricultores de diversificar sus rotaciones de cultivos y así mitigar el riesgo de pérdidas de rendimiento relacionadas con el clima y aumentar la biodiversidad", explica el Prof. Claas Nendel, responsable del estudio presentado.
La semilla oleaginosa es capaz de absorber nitrógeno directamente del aire, por lo que se puede prescindir de la fertilización con este nutriente tan necesario. Esto también reduce los impactos ambientales negativos, como la liberación de exceso de fertilizantes a las aguas subterráneas.
"En condiciones más cálidas, la soja produce más de lo que antes era posible con variedades de soja adaptadas a las bajas temperaturas en Alemania", explica el Dr. Moritz Reckling, que investiga el cultivo de leguminosas en ZALF. Las simulaciones muestran que los riesgos debidos al clima frío y húmedo tenderán a disminuir en el futuro, con un aumento de la sequía y el estrés por calor.
Fuente: Leonardo Gottems | Agroenlace