Imagen: Pixabay
Los baculovirus son fundamentales dentro del manejo integrado de plagas (MIP).
Varios brotes de orugas del género Helicoverpa están atacando cultivos de soja transgénica Intacta en los estados brasileños de Mato Grosso do Sul, Mato Grosso y Maranhão. La fuerte presión llama la atención de productores e investigadores, ya que la tecnología OGM debería ofrecer resistencia a esta oruga, aunque el clima seco que ha afectado a estas zonas influye directamente en el aumento de la presencia de orugas en la fase inicial del cultivo de oleaginosas.
Según el investigador Germison Tomquelski, de la consultora Desafios Agro, “la presencia de orugas es representativa y está requiriendo aplicaciones de insecticidas al inicio de la cosecha”. “Este año nos enfrentamos a un escenario diferente. Es posible que exista una tendencia a una aparición más intensa de Helicoverpa en la soja intacta. Se trata de un grupo de plagas polífagas, que se multiplican en el sistema de producción. Puede que a partir de ahora sea más complicado abordarlos”, destaca.
{módulo Formulario RD}
Según él, aún no se sabe si las poblaciones predominantes de la plaga observada en MS y MT son Helicoverpa armigera, Helicoverpa zea o híbridos. Para Tomquelski, la aplicación de insecticidas, ya sean biológicos o químicos, debe ocurrir preferentemente cuando las plagas se encuentran en la etapa inicial de desarrollo: “En orugas de 1º y 2º estadio, los bioinsecticidas como los baculovirus muestran una eficacia de control del orden de 90%. Para las orugas más grandes, recomendamos integrar insecticidas químicos en el manejo”.
Guilherme Ohl, investigador de Ceres Consultoria, afirma que es “fundamental que los productores se anticipen al problema, a través del seguimiento, y tengan a mano las herramientas adecuadas en el momento adecuado para tomar el control”. También en relación al control de Helicoverpa, Ohl entiende que “una tecnología debe defender a la otra”.
“Los baculovirus son fundamentales dentro del manejo integrado de plagas (MIP), así como los químicos, las 'trampas'. Lo ideal es iniciar el tratamiento seleccionado, dependiendo del cultivo, cuando el monitoreo indique la presencia promedio de una Helicoverpa por metro, en la fase vegetativa de la soja y ½ oruga del género, por metro, en la etapa reproductiva”, afirmó. reflexiona.
Sin embargo, según Guilherme Ohl, hoy en día “el mayor temor” de los expertos es que otras especies de orugas, además de Helicoverpa, “escapan” del control de las tecnologías Intacta. “En las dos últimas cosechas, Helicoverpa zea se escapó del maíz, pasó al algodón y este año vemos la presión que se da en la soja”, advierte.
“También notamos un aumento en la población de orugas Spodoptera frugiperda, Heliothis virescens y Rachiplusia nu. Posiblemente, haya una adaptación de estas plagas a las tecnologías de soja Bt, que ocupan 86% de la oleaginosa sembrada en el país”, añade.
Según el ingeniero agrónomo y consultor Octavio Augusto Queiroz, de Evoterra Consultoria, el inicio de la cosecha de soja ha estado marcado por brotes de Helicoverpa spp: “Acá tenemos un aumento de presión de oruga desde hace dos años. Creemos que esto se debe a la correlación entre las plagas del maíz fuera de temporada y la soja. Es posible que este escenario empeore en los próximos años”.
El gerente técnico de AgBiTech Brasil, el agrónomo Marcelo Lima evalúa que los brotes de Helicoverpa al inicio de la cosecha, así como la resiliencia de las orugas frente a la biotecnología, generan preocupación, aunque el escenario parece ser menos grave en comparación con aquel de 2013 y 2014, cuando Helicoverpa armigera causó graves daños.
“Hoy contamos con herramientas de manejo más efectivas, desde insecticidas químicos y biológicos hasta atrayentes de polillas”, concluye.
Fuente: Leonardo Gottems | Agroenlace