Imagen: Pixabay
En la evaluación de raciones experimentales, los resultados con sorgo alto en taninos indican una reducción de 44% en acantocéfalos y de 83% en monogeneos. Estos parásitos representan problemas importantes que afectan la reproducción y reducen la producción en la piscicultura. “Los valores obtenidos en la investigación se consideran prometedores para la búsqueda de ingredientes que combinen nutrición y salud de los peces, sin el uso de químicos y sin comprometer la calidad del pescado”, declara la investigadora de Embrapa Cheila Boijink, que desarrolla investigaciones sobre la salud de los peces. peces, y coordinó el estudio a través del proyecto “Evaluación de taninos en dietas para juveniles de tambaqui en el control de helmintos y desempeño zootécnico”. El proyecto de investigación se realizó entre 2019 y 2021, con apoyo financiero de la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de Amazonas (Fapeam). En el estudio se evaluaron taninos en forma hidrolizable (ácido tánico) y forma condensada (sorgo alto en taninos), con el objetivo de identificar si tienen acción antihelmíntica y no perjudican la aceptación y desempeño zootécnico de los animales.
Producto antiparasitario natural
El uso de fuentes vegetales en la alimentación de peces ha aumentado en los últimos años, con el fin de satisfacer la demanda de piensos y sostener el desarrollo de la producción acuícola. Una de las alternativas es el uso de compuestos derivados de plantas, debido a que tienen pocos o ningún efecto secundario sobre los peces y el medio ambiente y que es una práctica agrícola más sostenible. Los productos naturales, con conocidas propiedades antiparasitarias, se consideran una potencial alternativa, y entre estos compuestos se encuentra el tanino, presente en varias plantas como el sorgo.
Según Boijink, los resultados obtenidos muestran que los taninos son eficaces para controlar los helmintos y pueden utilizarse en piensos como ingrediente alternativo natural, sin perjudicar el rendimiento animal. Esta línea de investigación ya fue desarrollada por investigadores de Embrapa Amazônia Oeste, quienes previamente demostraron que otra fuente de tanino, los residuos de banano, también es eficiente en el control de helmintos en el tambaqui.
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Buscando ingredientes alternativos
Como el alimento para peces en piscicultura corresponde a alrededor de 70% del costo total de producción, una investigación de Embrapa Amazônia Oeste buscó alternativas basadas en la evaluación de ingredientes no convencionales en el estado de Amazonas que puedan reducir el costo del alimento para tambaqui. “Con una dieta más económica, al final del ciclo, los costos serán menores que los de la producción con piensos convencionales que utilizan como base harina de soja y maíz, commodities que tienen una alta fluctuación de valor en el mercado internacional. Además, Amazonas obtiene una porción importante de ingredientes y piensos de los estados vecinos, lo que supone una carga aún mayor para los piscicultores amazónicos, que pagan el costo logístico de su obtención”, explica el investigador de Embrapa Jony Dairiki, que trabaja en Nutrición y Alimentación de especies de granjas acuícolas en la Amazonía y participaron en la investigación.
Dairiki señala que el sorgo (Sorghum bicolor) es un ingrediente energético de origen vegetal, con una composición similar al maíz, sin embargo, es un alimento con menores costos de producción en comparación con el maíz. Por lo tanto, se eligió el sorgo para su evaluación como opción de materia prima, considerando que el costo del alimento podría ser menor con una mayor inclusión de sorgo en la dieta de los peces.
El investigador informa que la siembra de sorgo se destaca por su rusticidad, posibilidad de cultivo fuera de temporada y en suelos más pobres en fertilidad y con déficit hídrico. La planta de sorgo produce granos y materia seca para la composición del forraje que contribuye a la alimentación animal, y el tanino es una sustancia química natural del grano de sorgo.
La investigación identificó que el uso de sorgo bajo en taninos para alimentar a juveniles de tambaqui en lugar de maíz generó una reducción de 27.4% en el costo del alimento cuando el nivel de inclusión de este ingrediente era de 40%.
Otro dato importante es que el sorgo alto en taninos puede utilizarse en dietas para tambaquíes hasta 45% de inclusión en la formulación, sin ningún efecto adverso en el rendimiento animal, en un período de hasta 45 días. Los investigadores añaden que es necesario realizar más estudios con animales de engorde y con un periodo experimental más largo para complementar la investigación, además de la importante validación en piscifactorías locales.
Los parásitos causan pérdidas económicas en el cultivo de tambaqui
Boijink, especializado en la salud de los peces, explica la diferencia entre monogeneos y acantocéfalos y cómo afectan al tambaqui. “Es importante resaltar que, aunque existe transmisión de estos parásitos entre peces infestados, estos parásitos no representan ningún riesgo para la salud humana”, explica.
Los monogeneos son ectoparásitos (parásitos externos) que se adhieren principalmente a las branquias y pueden provocar una hipersecreción de moco que perjudica la respiración de los animales. Debido a que tienen un ciclo de vida directo y corto, las reinfecciones pueden ser rutinarias en los tanques de piscicultura. Las grandes infestaciones provocan una elevada producción de moco, destrucción del epitelio branquial y rotura de los capilares sanguíneos, provocando dificultades respiratorias, signo que puede confundirse con el comportamiento de los peces ante bajas concentraciones de oxígeno en el agua. Los peces pueden experimentar pérdida de peso y las lesiones también se convierten en una puerta de entrada a infecciones bacterianas y fúngicas secundarias.
Los acantocéfalos son endoparásitos (parásitos internos) y se adhieren a la pared intestinal. Los efectos del parasitismo sobre la producción de tambaqui dependen de la intensidad de la infestación y del estado fisiológico y nutricional de los animales. Las grandes infestaciones pueden provocar necrosis y ulceraciones en el epitelio intestinal, perjudicando la absorción de nutrientes; en consecuencia, los animales pierden peso y se vuelven más susceptibles al manejo, parásitos y patógenos y cualquier cambio en la calidad del agua. La consecuencia es un retraso en el crecimiento, una reducción del rendimiento zootécnico y algunos animales más débiles pueden morir, lo que provoca pérdidas económicas.
Tratamiento
Tanto para los parásitos, monogeneos como acantocéfalos, el tratamiento puede ser profiláctico o terapéutico, según Boijink. Lo ideal son los tratamientos profilácticos, que adoptan una serie de precauciones para evitar la enfermedad. Sin embargo, debido a varios factores, muchas veces terminan ocurriendo infestaciones, que requieren terapias utilizando sustancias químicas, que pueden generar depósito de desechos en la naturaleza. “El uso constante de estos químicos puede llevar a una reducción de la efectividad provocada por la resistencia desarrollada en el parásito y, muchas veces, son costosos”, explica.
Debido a los efectos secundarios no deseados causados por los medicamentos de quimioterapia, como la reducción de la eficacia causada por la resistencia desarrollada en el parásito, los riesgos de intoxicación para los consumidores y la contaminación de las fuentes de agua, el uso de medicinas a base de hierbas ha sido una alternativa viable para controlar los parásitos.
Prevención
Según los investigadores, para prevenir estos problemas en la piscicultura se recomienda adoptar buenas prácticas como adquirir alevines de calidad, realizar cuarentenas, monitorear la calidad del agua, proporcionar alimento de calidad en cantidades adecuadas y utilizar equipos adecuados y sanitizados. Otro indicio que ayuda a detectar posibles problemas incluso al inicio es la observación rutinaria de la respuesta alimentaria, ya que la reducción en el consumo de alimento es la primera respuesta de los peces ante una condición de estrés, y puede estar motivada por una calidad inadecuada del agua o el inicio de una enfermedad. También es necesario observar la presencia de cambios de comportamiento o signos clínicos externos, como coloración anormal, producción excesiva de moco, entre otros, como formas de identificar problemas en una etapa temprana, lo que facilita el tratamiento de los animales.
Por: Embrapa
