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Según datos reportados por el Instituto, el ajuste en las proyecciones estuvo motivado principalmente por la reducción en las estimaciones de productividad y producción de cultivos importantes (como el maíz), debido a los impactos climáticos adversos por la ocurrencia de un fenómeno de La Niña más severo en esta cosecha. , y el empeoramiento del escenario para la producción ganadera. En el valor añadido de la producción de hortalizas en 2021, los investigadores revisaron el aumento de 2,7% a 1,7%. Aun así, el desempeño positivo estuvo respaldado por aumentos en la producción de soja (+9,8%), trigo (+36,0%) y arroz (+4,1%). Esto compensó las caídas estimadas para otros cultivos: maíz (-11,3%), caña de azúcar (-3,2%) y café (-21,0%). El rendimiento del maíz en 2021, en particular, se vio muy afectado por el retraso en la cosecha de soja, que retrasó la siembra de la segunda cosecha, haciéndola dependiente de lluvias tardías que no se produjeron.
En producción animal, se revisó la previsión de aumento de 2,5% a 1,8%, con crecimiento para todos los segmentos, a excepción de la producción ganadera, con una caída de 1,0%. Se espera un desempeño positivo en la producción de otras proteínas: porcino (+7,7%), pollo (+3,9%), leche (+3,1%) y huevos (+4,5%). En el caso del porcino, el buen desempeño está relacionado con el fuerte crecimiento de las exportaciones a China este año.
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La previsión para 2022 se realizó con base en las primeras informaciones puestas a disposición de la Conab para los segmentos de producción vegetal y las previsiones del Grupo de Situación del Ipea para la producción animal. Los investigadores del Ipea estiman un crecimiento de 3,3% en el PIB del sector, con un crecimiento de 3,9% en la producción vegetal y 1,8% en la producción animal. Según la Conab, se espera que se mantenga el buen desempeño de la producción de soja, que se espera rompa un nuevo récord en 2022, y una buena recuperación de cultivos como el maíz y el algodón, luego de la fuerte caída proyectada para este año. Además, el sacrificio de ganado debería finalmente recuperarse después de dos años consecutivos de descenso. Los principales riesgos de la proyección de crecimiento publicada por el Ipea están relacionados con los efectos climáticos sobre la producción de hortalizas y el retraso en la reanudación del sacrificio de ganado. Sin embargo, los modelos climáticos apuntan a un fenómeno de La Niña más suave en la segunda mitad del año, con lluvias más regulares en los cultivos de verano y temperaturas más suaves en invierno.
Por: Aline Merladete | Agroenlace