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En este escenario, el área sembrada de maíz en 2021/22 en Argentina aumentó en 10%, a 6,8 millones de hectáreas, con una producción de 52 a 54 millones de toneladas. Si se verifica, esto estaría entre 3,5 y 5,5 millones de toneladas por encima de la estimación actual de 48,5 millones de toneladas para la cosecha 2020/21.
“En los últimos años el maíz sembrado tarde se ha comportado muy bien, mejor que el maíz sembrado temprano en muchos casos. A los agricultores les gusta esta siembra dividida porque reduce el riesgo de condiciones climáticas adversas durante el período crítico de polinización. Además, el maíz sembrado temprano puede en algún momento tener problemas de germinación y población de plantas debido a las condiciones secas”, comenta.
En el mismo análisis afirma que el área sembrada de soja en Argentina en 2021/22 cayó 0,6%, a 16,5 millones de hectáreas, con una producción de 50 a 51 millones de toneladas. Si esto realmente sucede, estaría entre 4 y 5 millones de toneladas por encima de la estimación actual de 46 millones de toneladas para la cosecha 2020/21.
“Argentina tiene un menor costo de producción de soja en comparación con Brasil y Estados Unidos, pero tasas de exportación de 31 a 33% consumen la mayor parte del margen. Los impuestos a la exportación de soja y productos de soja son una importante fuente de ingresos para el gobierno federal y no se espera que la situación mejore pronto. El gobierno federal se encuentra en una situación financiera terrible, incapaz de pagar sus préstamos al FMI y otros acreedores. El gobierno federal no puede permitirse el lujo de renunciar a ningún ingreso procedente del impuesto a la exportación de soja, especialmente porque los ingresos fiscales cayeron debido a una menor producción en 2021/22”, concluye.
Por: Leonardo Gottems | Agroenlace