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El Ministerio de Agricultura publicó este miércoles (16) las Ordenanzas nº 176 a 202, que actualizan la Zonificación Agrícola de Riesgo Climático (Zarc) para el cultivo de girasol en Brasil. La herramienta indica el mejor momento de siembra del cultivo, reduciendo la posibilidad de pérdidas por clima, considerando las condiciones del suelo y las características del cultivo.
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Los estudios para el nuevo Zarc comenzaron el año pasado y fueron validados dentro de la cadena de producción. “Definimos áreas y períodos de siembra para su cultivo con probabilidades de pérdidas de rendimiento inferiores a 20%, 30% y 40%, debido a la ocurrencia de eventos meteorológicos adversos”, explica el investigador José Renato Bouças Farias, de Embrapa Soja.
Se consideraron nuevos factores de riesgo, asociando cuestiones hídricas, térmicas y fitosanitarias. Según el investigador, el girasol se ve poco influenciado por las variaciones de latitud y altitud, tiene tolerancia a las bajas temperaturas y es relativamente resistente a la sequía. Respecto a las necesidades hídricas para el cultivo de girasol, Farias afirma que lo ideal sería alrededor de 500 a 700 mm de agua disponible, bien distribuida a lo largo del ciclo. “Las fases más sensibles al déficit hídrico se dan durante la siembra y emergencia de las plantas y, principalmente, desde el inicio de la formación de yemas hasta el inicio de la floración seguida de la formación y llenado de los granos”, destaca Farias.
Otro factor considerado como uno de los parámetros en Zarc fue la asociación de las condiciones climáticas con el riesgo fitosanitario, ya que el clima puede favorecer o no el desarrollo de enfermedades importantes y de difícil control. La podredumbre blanca, causada por el hongo Sclerotinia sclerotiorum, por ejemplo, se asocia con condiciones de frío y humedad. Por otro lado, la mancha por alternaria, provocada por el hongo Alternaria helianthi, es consecuencia de las altas temperaturas y el exceso de precipitaciones. “Nuestro estudio también buscó delimitar áreas e identificar períodos de menor riesgo climático para la ocurrencia de problemas fitosanitarios y, así, favorecer la exploración del cultivo de girasol en Brasil”, destaca.
Zarc se basa en series históricas de aproximadamente 30 años, obtenidas de redes de estaciones terrestres, meteorológicas y pluviométricas, convencionales y automáticas, además de redes estatales mantenidas por instituciones o empresas públicas. Existen alrededor de 3.500 puntos de datos distribuidos en todo el territorio nacional, provenientes de la base generada por interpolación de 735 estaciones meteorológicas.
El girasol se puede cultivar desde Rio Grande do Sul hasta Roraima. La Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) estima que el área cultivada en Brasil en 2021 será de 31,5 mil ha, con 70% realizadas en el estado de Goiás (alrededor de 20 mil ha), seguido de Mato Grosso (8,5 mil ha), Río Grande. do Sul (1.500 ha), Minas Gerais (800 ha) y Distrito Federal (700 ha).
A pesar de los diversos usos del girasol y del potencial del cultivo como componente de sistemas de producción diversificados y rentables, Farias explica que la variabilidad en la disponibilidad de agua es la principal limitación para la expresión del potencial de rendimiento del girasol en Brasil.
Por: Eliza Maliszewski | Agroenlace