El mercado de semillas cambiará y se consolidará

La semilla es considerada el insumo básico para la productividad. Es uno de los factores que define el éxito o no y la elección depende de muchos factores. El mercado de semillas mueve más de 10 mil millones de rands por año en Brasil, que tiene la tercera industria del mundo en el sector. El maíz y la soja representan alrededor de 85% del mercado. El aporte a la investigación, la genética, los cultivares resistentes a enfermedades y plagas, la competitividad y muchas opciones de buena calidad en el mercado se reflejan en el sector de la distribución. El tema fue discutido en el live “La Industria de las Semillas y la Consolidación del Mercado Agrícola Brasileño”, promovido por SeedCorp este jueves (9). Al encuentro asistieron Syngenta, CropLife Brasil, Nutrien, Aqua Capital y Consultoria Céleres. 

Brasil acaba de confirmar una cosecha récord de cereales, valorada en 251 millones de toneladas. ¿Qué importancia tiene la semilla en este momento? Hace 10 años, un gran número de productores pensaban que podían producir semilla de soja y hoy esto se ha reducido significativamente, quedando sólo empresas especializadas. Con técnicas que preservan las características de la semilla que proviene del campo y la biotecnología, el valor de la semilla de soja ha aumentado alrededor de 6 veces respecto a lo que era en los años 90, por ejemplo. 

“En 5 años la forma de negociar, producir y distribuir cambiará profundamente”

Ésta es la apuesta de Anderson Galvão, fundador de Consultoria Céleres, enfocada en el análisis de agronegocios. Para él, el escenario es el de un productor cada vez más calificado, informado, que invierte en tecnologías que traerán resultados y la semilla se ha convertido en un gran elemento de valor. En base a esto, la distribución tuvo que adaptarse con una serie de servicios para cubrir esta demanda. “La industria de las semillas está en continuo desarrollo y ya está por delante del marco regulatorio. Necesitamos una legislación que acompañe este rápido movimiento para proporcionar seguridad intelectual a quienes desarrollan el cultivar y a quienes lo distribuyen”, apuesta.

Además, las adquisiciones en el sector conducen a una consolidación del servicio minorista. La industria de la semilla de soja, por ejemplo, comenzó mucho más tarde que la industria del maíz, pero gana importancia a medida que la oleaginosa se convierte en el principal cultivo del país y también es la puerta de entrada a la cosecha.

Para André Dias, director de Nutrien Brasil, tener acceso a varias opciones y a los mejores cultivares de soja hace que la relevancia de la empresa para el productor sea alta. “No se puede mirar ningún insumo de forma aislada y esto también ha cambiado el trabajo de distribución. Si antes se trataba sólo de vender, hoy se trata de integrarlo todo. Como hay muchas opciones, el productor necesita que alguien le ayude y ahí es donde entra la distribución. No sólo con la semilla adecuada, sino también con un fertilizante eficaz y la aplicación del pesticida adecuado”, argumenta. Para él, la consolidación es una consecuencia. “Se están estableciendo varios modelos de distribución pero es probable que el mercado experimente cambios en los próximos años. El acceso a semilla, fuerza de ventas y tener un buen portafolio marca la diferencia para cualquier empresa”.

“La semilla es la base y el mayor negocio de la renovación agrícola”

Las investigaciones muestran que hoy en día un cultivo de soja tiene un ciclo de vida promedio de 5,7 años. Esto quiere decir que si hoy un productor apuesta todo por una variedad, dentro de cinco años tendrá otra. Para André Franco, jefe de Semillas de Syngenta para Brasil y Paraguay, las semillas son la base de la actividad agrícola y el mayor negocio de renovación agrícola. Syngenta, por ejemplo, renueva cada año alrededor de 15 % de su cartera. “La consolidación del negocio lo permite. Aportar no sólo tecnología sino conocimiento”, afirma. Los avances han llevado a requisitos como una cámara fría para las semillas de soja y un secado controlado fuera del campo. Temas de los que no se habló recientemente. “La elección del productor es estratégica: qué cultivar y dónde colocarlo, qué tecnología utilizar.

Esta tecnología integrada exige inversión de las empresas, ya sea en biotecnología o en tecnología para desarrollar nuevos cultivares y mantener estas tecnologías que rápidamente son superadas por la resistencia”, explica.

Para Tomás Romero, Socio de Aqua Capital, al consolidarse en el mercado de distribución la mayor ventaja es para el agricultor porque todos pensarán en cómo apoyarlo para que produzca más. “El gran impulso de ahora en adelante viene por el valor de la bolsa con alta tecnología, capacidad de germinación y entrega en el campo y quien logre traer una semilla diferente también marcará la diferencia en el mercado. Esto exige genética, mejora y distribución eficiente y trabajo en cadena y cercano al agricultor”, proyecta.

Atendimiento personalizado

Los ejecutivos sostienen que asesorar a los agricultores para que elijan buenos cultivares aportará una nueva dirección al papel de la distribución, apoyando y creando un vínculo entre el cultivo y el insumo y no sólo una venta. Hoy es posible personalizar por municipio, pero el futuro trae el desafío de atender cada inmueble de forma única, según las necesidades de esa ubicación. 

En este punto, la digitalización podría ser la apuesta del sector, según destaca el ejecutivo de Syngenta. “Lo digital marcará la diferencia. Es un nuevo momento, más conectados, sistemas de producción eficientes, investigación más rápida y ventas más personalizadas en cada propiedad y esto es una revolución monstruosa”, destaca Franco.

Para lograr este objetivo, también es importante acelerar la conectividad sobre el terreno. “El agricultor es cada vez más un agente sofisticado, que busca un nivel de servicio y esto conlleva mejoras en el proceso productivo. En lo digital, debemos esperar que la conectividad siga el ritmo de las tecnologías en la agricultura”, reflexiona Galvão.

La industria semillera enfrenta algunas dificultades que incluyen la ilegalidad, como señaló Christian Lohbauer, presidente ejecutivo de CropLife Brasil, entidad que representa varias áreas del agronegocio. En la piratería de semillas, las pérdidas totales para la agroindustria brasileña superan los 2.000 millones de rands. “Aquí el problema es la ilegalidad de la semilla y eso hay que combatirlo. La regla de germinación es 80%, pero si se acepta algo menos, existe piratería, que es difícil de rastrear y arrestar a las pandillas. Nos preocupa que la calidad, la homogeneidad del mercado y la ilegalidad sean discutidas y combatidas a nivel de semillas”, concluye el dirigente.

Por: Agroenlace

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