Cae el confinamiento y los precios de la carne deberían subir en Goiás El régimen de confinamiento en Goiás debería reunir alrededor de 750 mil cabezas de ganado, el equivalente a 20% menos que el año pasado. Esta reducción, según los productores, está directamente relacionada con la pandemia. Esto demuestra que en los próximos meses el precio de la carne debería aumentar para los consumidores.
La arroba de buey podría alcanzar el valor de R$ 220 en los próximos meses
El régimen de confinamiento en Goiás debería reunir alrededor de 750 mil cabezas de ganado, el equivalente a 20% menos que el año pasado. Esta reducción, según los productores, está directamente relacionada con la pandemia. Esto demuestra que en los próximos meses el precio de la carne debería aumentar para los consumidores. Safra, consultora especializada en agronegocios brasileño, señala que los precios del ganado ya aumentaron en varias regiones del país y en Goiás no será diferente.
Por otro lado, los costes de engorde del animal son elevados. 80% de la inversión en el rebaño es para alimentación del ganado. Este año, el precio de los alimentos se vio impactado, especialmente por el maíz, uno de los principales componentes de los piensos, que es más caro. La subida del dólar y de los precios de los insumos también pesaron sobre la cuenta. El año pasado, la cantidad diaria gastada en la alimentación de cada animal fue de 7,98 rands. Ahora está en R$ 9.17.
En entrevista con O Hoje, el analista de mercado del Instituto de Fortalecimiento de la Agricultura de Goiás (IFAG), Marcelo Penha, explica que esto podría suceder debido a la presión de ventas que sufrió la carne vacuna a causa del nuevo Coronavirus. “Dependiendo de la clase económica, si la carne es más cara, el consumidor la sustituirá por otra más barata, que sería pollo o cerdo”, destaca.
La apuesta, según él, es que el aumento del precio de la carne vacuna alcance los 220 rands. “Brasil se ha convertido en el mayor exportador de carne del mundo al ampliar su capacidad de producción. Con la mejora de la economía, lo que cuesta puede aumentar incluso más de lo que cuesta hoy”, afirma.
Al comienzo de la pandemia, hubo un aumento de precios de alrededor de R$ 50 arroba en comparación con el año pasado. El comercio también tuvo que detenerse, lo que contribuyó a estos cambios de valores. Además, explica, “el mercado exterior, como China, tuvo que cambiar el consumo a carne vacuna debido a la peste porcina”, informa Marcelo.
Como resultado, a China empezó a gustarle la carne de vacuno. Este hecho hizo que el rebaño brasileño ganara valor y resultó en un aumento. “Entonces la pandemia promovió esto. Y, en las últimas dos semanas, con la apertura del comercio, la gente volvió a trabajar y el mercado interno se calentó”, destaca. Según sus palabras, el mercado interno responde por 80% de lo que se produce en todo el país.
Alivio
Con la reapertura del comercio en varios municipios del Estado se produjo una entrada de dinero al presupuesto familiar y un alivio para los ganaderos. “Impulsó la venta de arrobas de carne vacuna, provocando la reacción del mercado interno. Los ganaderos, por su parte, también buscaron formas de superar la crisis. “Como su proceso de producción [ganadero] es extenso, puede conservar el ganado entre seis meses y un año y medio. Si puede retener al rebaño en los malos tiempos, lo hará. Nuestra escala hoy es rápida”, destaca.
Cuando hay mucha oferta, las negociaciones con los compradores pueden durar hasta dos semanas. Esto significa que el precio de la carne es malo, afirma el experto. “El productor ha aprendido que, si no es rentable, no vende suficiente ganado y espera a que el precio vuelva a la normalidad”, subraya. El buey llega al encierro pesando alrededor de 350 kg y, al cabo de 90 días, está listo para el sacrificio con un peso medio de 550 kg.
Las exportaciones continuarán
La recuperación de la cabaña porcina de China tras la epidemia de peste porcina africana, que azota al país desde agosto de 2018, no será suficiente para abastecer la oferta interna del país durante los próximos tres años. La evaluación fue realizada por el analista de Agronegocios, Alimentos y Bebidas de Itaú BBA, André Hachem. “La dinámica de las exportaciones de proteínas a China sigue siendo muy favorable. La importación de carne de vacuno y de cerdo por parte de China debería durar al menos dos o tres años hasta la reconstrucción del rebaño nacional”, evalúa el analista.
Por: Agroenlace
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