Al llegar a la mitad de la cosecha 2019/2020, la expectativa de productores, exportadores y especialistas del mercado algodonero es de un buen ciclo para la fibra en términos de producción y productividad, repitiendo el desempeño del sector en 2018/2019. Brasil deberá cosechar 2,8 millones de toneladas y tiene el desafío de exportar 1,95 millones de toneladas. Esos temas y las incertidumbres sobre los posibles impactos del coronavirus y el acuerdo comercial entre Estados Unidos y China fueron discutidos este jueves (13/01), en Brasilia, en el 14º Encuentro de Previsión de Cosecha, promovido por la Asociación Nacional de Exportadores de Cereales (Anec) y la Asociación Nacional de Exportadores de Algodón (Anea).
El presidente de la Asociación Brasileña de Productores de Algodón (Abrapa), Milton Garbugio, y representantes de los distintos estados algodoneros de Brasil estuvieron presentes en el evento, que también evaluó el desempeño de la soja y el maíz en el país. La inauguración del evento contó con las intervenciones de la ministra de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento, Tereza Cristina y el director del departamento de Promoción de Agronegocios del Ministerio de Relaciones Exteriores, Alexandre Peña Ghisleni.
“Este encuentro es muy importante, ya que proporciona una radiografía de la cosecha y de la situación del mercado, que puede orientar muchas de nuestras decisiones, no sólo para el ciclo actual, sino también para el próximo”, considera Garbugio. Según el presidente de Abrapa, después de la siembra dentro de una ventana climática favorable, los cultivos se están desarrollando como se esperaba. Destaca las cifras históricas alcanzadas en las exportaciones, con énfasis en el mes de enero, en el que el país envió 309 mil toneladas de pluma. “Mucho más de lo que esperábamos”, celebra.
Registros
Para el presidente de Anea, Henrique Snitcovski, esta cosecha ya se han conseguido tres hitos importantes para el sector algodonero. “Solo en el segundo semestre de 2019, Brasil batió un récord, exportando más de un millón de toneladas en seis meses. Durante el segundo semestre del año pasado, en un solo mes, también registró un récord de 288 mil toneladas. Si sumamos el volumen que se envió en enero, todo lo que Brasil ya exportó de julio a enero es más de lo que hizo en otras cosechas, en el período del ciclo completo, que va de julio a junio de cada año”, revela.
El coronavirus es actualmente un gran debate en el sector, ya que Asia representa más de 85% de las exportaciones de algodón brasileño. Según Snitcovski, los envíos brasileños de plumas no se han visto afectados hasta el momento.
Demanda global
Para el ponente invitado, Marcos Rubin, la necesidad de revertir la tendencia a la baja del consumo mundial de algodón, actualmente en torno a los 26 millones de toneladas, será fundamental para mitigar posibles efectos del virus en el mercado y también del acuerdo entre Estados Unidos y China. Actualmente, la demanda y la producción de pluma son muy similares, tras seis años de consumo ligeramente superior. “Sería fundamental tener una demanda fuerte para hacer frente a una guerra comercial, pero el escenario ahora es de incertidumbre, principalmente en relación con el coronavirus. Exportar 1,9 millones de toneladas en 2020 coronaría un año exitoso para el sector”, afirma.
“Tenemos constantes revisiones negativas en las expectativas de consumo, muy probablemente derivadas de la guerra comercial y del acuerdo de esta disputa entre Estados Unidos y China, lo que representa un cierto riesgo para los volúmenes de exportación de Brasil. China fue un gran socio en 2019 y debe serlo también en 2020. Pero para que las exportaciones tengan éxito está el tema del coronavirus, para el cual no tenemos respuestas sobre cómo podría evolucionar a partir de ahora”, reflexiona.
Intercambio
Según Rubin, la apreciación del tipo de cambio está dando sus frutos incluso cuando los precios de las materias primas rondan los 75 centavos por libra. “Todavía hay incentivos para ampliar el área. Buena parte del sector algodonero está absorbiendo las inversiones que se realizaron en los últimos tres años. A medida que estas inversiones se van amortizando, el tipo de cambio se convierte en un estimulante”, afirma.
Por: Noticias Agrícolas