La Sociedad Rural Brasileña (SRB) emitió un comunicado expresando apoyo a la decisión del presidente de la República, Jair Bolsonaro, de mantener descuentos para empresas y consumidores que utilicen energía solar en Brasil. Bolsonaro aseguró el martes pasado (07) que la tributación está descartada, pero la decisión final sólo se tomará el día 21, fecha de la próxima reunión del directorio de la Aneel (Agencia Nacional de Energía Eléctrica).
Para la entidad, el llamado “impuesto al sol”, propuesto por el organismo regulador, representa costos adicionales para los productores y desincentiva inversiones en generación de energía limpia en propiedades rurales.
Los hogares y empresas con paneles solares se enmarcan en la modalidad de producción de energía de Generación Distribuida (GD). La norma vigente establece que los consumidores de esta modalidad pueden transferir el excedente de energía producido al sistema general, recibiéndolo como crédito. En este caso, el consumidor de GD no paga el coste de la red de transmisión de energía a la distribuidora. La propuesta de Aneel prevé el fin de esta exención. “El descuento es un incentivo para que el sector concentre el uso de la mayor parte de los equipos eléctricos en las horas de menor consumo energético y, por tanto, reduzca la demanda en las horas punta”, explica Marcelo Vieira, presidente de la SRB.
Según la entidad, la mayoría de los productores rurales de Brasil invierten en fuentes de energía sostenibles y alternativas, como la eólica, la solar y la biomasa y los residuos forestales, para garantizar el abastecimiento de las propiedades. Estas inversiones fueron posibles en 2012, cuando Aneel lanzó regulaciones que permitían a los consumidores generar su propia energía. “Muchos productores tienen dificultades para acceder a la red de distribución eléctrica, lo que hace aún más importante la generación alternativa”, destaca Vieira.
Para JUR, la aprobación de la nueva propuesta hace inviable la implantación de sistemas de generación de energía, ya que el plazo para recuperar el importe invertido en las instalaciones será aún mayor. La entidad también recuerda que aumentar la participación de la bioenergía sostenible en la matriz energética es uno de los compromisos asumidos por Brasil durante el Acuerdo de París de 2015.
La JUR destaca que los costes de la electricidad para la agroindustria son elevados y corresponden a una parte importante de las inversiones en producción. “Generar la propia energía es una alternativa para abaratar costos y hacer que los productores sean menos dependientes de los suministros tradicionales”, agrega Vieira.
La energía solar está cada vez más presente en las propiedades rurales. Sólo en el primer semestre de 2019 se produjeron 32.963kWp, lo que representa alrededor de 86% del total generado a lo largo del año 2018. Los datos son de la propia Aneel. Según la entidad, la matriz energética brasileña ya es una de las más limpias entre las grandes economías. “Estamos comprometidos a duplicar la producción de biocombustibles y quintuplicar la producción de bioenergía, necesitamos que las agencias reguladoras estén en línea con este pensamiento”, concluye Vieira.