El Índice de Confianza Agronegocio (IC-Agro) alcanzó 111,9 puntos en el primer trimestre de este año. Se trata del segundo mejor resultado de la serie histórica, a pesar de la caída de 3,9 puntos con relación al registro del cuarto trimestre de 2018, que registró 115,8 puntos. Según la metodología del índice, calculado por la Federación de Industrias del Estado de São Paulo (Fiesp) y la Organización de Cooperativas Brasileñas (OCB), cuando el nivel supera los 100 puntos es un ambiente optimista para el sector.
Según un comunicado de la Fiesp, el resultado favorable es sinónimo de confianza de los productores, que se muestran optimistas sobre las condiciones generales de la economía brasileña, a pesar de las dificultades iniciales del nuevo gobierno para llevar a cabo reformas importantes como la de la Seguridad Social.
“Iniciativas de infraestructura a través del otorgamiento de inversiones al sector privado, además de posicionamientos en el área ambiental que reconocen los avances logrados por el sector, son ejemplos que sustentan la percepción positiva”, destaca Roberto Betancourt, director titular del departamento de agronegocios de Fiesp.
El índice de confianza también creció entre las industrias vinculadas a las cadenas agrícolas, llevando el Índice de Confianza de la Industria (Antes y Después de la Porteira) a 113,6 puntos en el 1er trimestre del año. Incluso con el buen resultado, hubo una caída de 3,7 puntos respecto al trimestre anterior, como resultado de una disminución de las expectativas relacionadas con las condiciones de la economía brasileña.
El Índice de Confianza de la Industria Después de Porteira se mantuvo más estable con relación al trimestre anterior. El indicador obtuvo 112,9 puntos, una caída de sólo 2 puntos. Los sentimientos se han enfriado un poco en relación con las condiciones económicas actuales, algo bastante natural, dado el fuerte optimismo mostrado a finales del año pasado. Sin embargo, hay una diferencia en las expectativas para los próximos meses, que son más positivas, basadas en la creencia en la aprobación de reformas, como la de la seguridad social.
“Cabe recordar también que en este grupo se incluye la participación de los mataderos, que se están beneficiando de la reapertura de los mercados y de la perspectiva de un aumento de las exportaciones debido al aumento de los casos de peste porcina africana en China, en momentos en que el intercambio El ritmo de exportaciones es favorable y se espera una segunda cosecha récord de maíz, factor que también estimula el optimismo entre las empresas de logística”, explica Betancourt.
Entre los productores agrícolas, el primer trimestre del año terminó con expectativas más moderadas que a finales de 2018, pero aún bastante optimistas. Su Índice de Confianza se situó en 110,7 puntos, 4,6 puntos menos que en la encuesta anterior. “Uno de los aspectos que contribuyó a esta caída fue la productividad de los cultivos de soja, que no repitieron los registros de la cosecha anterior, principalmente en las regiones afectadas por la sequía de principios de año, como el Oeste de Paraná y el Al sur de Mato Grosso do Sul”, señala Freitas. La evaluación crediticia fue otro rubro que experimentó una fuerte caída en relación al trimestre anterior: “la caída de 19% en el volumen de recursos liberados para la prefinanciación agrícola influyó negativamente en el sentimiento de los productores. En términos de cultura, la reducción en el volumen de recursos de soja (-35%), cañaazúcar (-13%) y maíz (-12%)”, agregó Freitas.