La continuación del incisivo proceso de recuperación de los precios del pollo vivo permitió que el producto ganara en abril pasado mayor valor que el maíz, hecho raramente observado bajo el actual sistema monetario brasileño. En 2018, por ejemplo, esto sólo ocurrió una vez, en octubre. Aun así, el pollo y el maíz se mantienen aproximadamente en la misma paridad de precios observada en 1994, cuando se implementó el Real en el país, cuando se necesitaban 12,8 kilos de pollo vivo para comprar un saco (60 kg) de maíz. En abril pasado, este volumen cayó a 11,3 kilos de pollo vivo, alrededor de 11% menos.
Esto no es lo que ha estado pasando con el huevo. Si bien abril registró el mejor desempeño de los últimos 10 meses, además de obtener una apreciación de 13.5% respecto al mismo mes de 2018, sigue enfrentando -en relación al maíz- una paridad de precios muy distinta a la registrada en 1994. Así, un cartón de huevos (30 docenas) permitía comprar 2,5 sacos de maíz, volumen que ahora ha bajado a menos de 2 sacos, es decir, casi 25% menos.
Cabe señalar que este débil desempeño persiste a pesar de la caída del maíz, cuyo precio promedio cayó alrededor de 7% respecto al mes anterior, quedando 5% por debajo del registrado en abril de 2018. Peor, sin embargo, es la pérdida experimentada en relación con la inflación (en este caso representada por el IGP-DI de la Fundación Getúlio Vargas). Bueno, si hubiera seguido la tasa de inflación, los huevos se habrían vendido en abril pasado a casi R$140.00/caja. Llegó a poco más de la mitad de esa cantidad.
En el caso del pollo y el maíz, las pérdidas son menores. El precio real del grano debería rondar los R$55,00/bolsa. Alcanzó un precio nominal inferior 27%. Y el pollo vivo, comercializado en promedio a $3,55/kg, alcanzó 82% del valor real (R$4,32/kg por IGP-DI). Pero ha habido resultados mucho mejores. En noviembre de 2015, por ejemplo, la diferencia entre el valor nominal y real era inferior a 10%.