La productividad agrícola entre 1975 y 2017 ha impulsado el sector, gracias a un crecimiento anual a una tasa media de 3.43%, superior a la de la agricultura estadounidense, de 1.38% por año. En un período más reciente, de 2000 a 2017, el promedio brasileño alcanzó 3,8 % por año.
Según José García Gasques, coordinador general de Evaluación e Información de Políticas, de la Secretaría de Política Agropecuaria (SPA), del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (Mapa), uno de los autores del estudio, un conjunto de factores influyeron productividad. Los más importantes fueron las políticas sectoriales, el aumento de la inversión, el financiamiento a través del crédito rural, la apertura de los mercados externos a los productos nacionales y la adopción de nuevos sistemas de producción.
Los estados que lideran la producción y las exportaciones agrícolas son también aquellos con mayores tasas de crecimiento de la productividad, como Mato Grosso, Minas Gerais, Goiás y Bahía, entre otros.
El trabajo también muestra que la tasa de crecimiento promedio de la producción agrícola estuvo entre 3,8 % y 4% entre 1975 y 2017. Estas tasas corresponden a un aumento de casi cinco veces en el producto agrícola. El incremento se debió al crecimiento en la cantidad producida, y también a la inclusión de productos de mayor valor agregado, como carnes, frutas, productos del sector azucarero y alcohol y granos. El cambio en la composición de la producción también fue responsable del aumento de la productividad.
En 42 años, la producción de cereales aumentó de 40,6 millones de toneladas a 237,8 millones de toneladas. Se destacan los cultivos de 2ª cosecha de soja y maíz. La producción de carne vacuna aumentó de 1,8 millones de toneladas a 7,7 millones de toneladas. La cantidad de carne de cerdo creció de 500 mil toneladas a 3,8 millones de toneladas y la de pollo, de 373 mil toneladas a 13,6 millones de toneladas.
Entre los indicadores de productividad (trabajo, tierra y capital), el mayor crecimiento en el uso de estos factores se ha producido en el capital, formado por tractores, fertilizantes y pesticidas. Para Gasques, el resultado del estudio refleja que la cualificación del personal empleado en la agricultura se produce lentamente. Pero la provisión de equipos para el trabajo, como el uso de tractores y cosechadoras, fue decisiva para el desempeño observado.
El estudio contó con la colaboración de funcionarios de la Secretaría de Política Agrícola de Mapa, investigadores del Centro de Estudios Avanzados en Economía Aplicada (Cepea/USP) y del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
Accede al completo Estudio de la Productividad Agrícola Brasileña de 1975 a 2017 – algunas actualizaciones.
Por: Agroenlace | Autor: MAPA