Cafetaleros de Grandes Rios, en Vale do Ivaí, aprenden a clasificar y catar la bebida para identificar defectos, corregir procesos de producción y cosecha y, así, mejorar la calidad del producto. Esto significa que pueden ganar más participación de mercado y un mejor precio.
La capacitación es una de las acciones que ofrece el Instituto Emater, dentro de una estrategia del Gobierno del Estado para mejorar la competitividad de la producción agrícola en Paraná. “El gobierno está trabajando para identificar potencialidades que puedan ser exploradas y que aseguren más productividad e ingresos a la población rural”, dice el secretario de Agricultura y Abastecimiento, Norberto Ortigara.
Hasta el momento, 70 agricultores han realizado el curso. “Cuando el productor conoce los defectos del café y cuánto afecta esto a la calidad de la bebida, puede trabajar mejor tanto en la cosecha como en la preparación del grano. Esto resultará en un producto de mejor calidad y precio más interesante”, explica Nelson Menoli Sobrinho, agrónomo de Emater.
Según Menoli, quien es clasificador y catador oficial del Ministerio de Agricultura e imparte el curso, la capacitación ayuda a mejorar la calidad de los cultivos y abastecer al mercado con un producto diferenciado y con mayor valor agregado. “Los agricultores empiezan a notar las diferencias en los estándares de calidad del grano, los defectos en la clasificación física del café que repercutirán en el resultado final del producto”, explica.
PRINCIPAL – El cultivo de café es la principal actividad agrícola del municipio. Son 350 familias campesinas dedicadas a la actividad, de las cuales 95% son pequeños productores. El área plantada es de 1,76 mil hectáreas con una producción promedio anual de 57 mil sacos procesados. En 2013, la superficie era de 3 mil hectáreas con una productividad anual de 67 mil sacos. Según datos del Departamento de Agricultura y Abastecimiento, el municipio aparece sexto en superficie cafetera en el Estado de Paraná.
El ingeniero agrónomo Nelson Menoli Sobrinho dice que las visitas técnicas, cursos, reuniones y eventos promovidos por Emater son fundamentales para duplicar la productividad de los cultivos del municipio y también para ayudar a los agricultores a invertir en la producción de café de excelente calidad. “Del 2013 al 2017 hubo una disminución en el área plantada, pero logramos aumentar la productividad y ganar en el precio del producto incluso con la disminución de esta área”, afirma.
DE COLECCIÓN – El productor Rogério Aparecido Pirolo participó de la capacitación en clasificación y degustación del café. Cultiva el grano en un área de 25 hectáreas, con una producción promedio anual de 30 sacos por hectárea. Según el agricultor, desde que aprendió a catar y clasificar el café, conoció el perfil de su producto y ya realizó cambios en el proceso de producción.
“En el curso aprendí que para producir un lote de granos especiales hay que prestar atención desde la recolección, cuando retiramos el café del árbol. Incluso en el olor mismo del grano en el patio, en su fermentación, se puede identificar lo que le está sucediendo al grano. Antes no teníamos idea de qué era café inferior o superior y hoy sé identificar si el café es de buena calidad o no”, afirma el productor. “Esto es un diferenciador porque ahora sé el valor de mi producto”, dice Pirolo.
CONCURSOS – Agricultores de la región comenzaron a conquistar buenas posiciones en el Concurso Café Qualidade Paraná. En la edición 2012, segundo lugar en la categoría Micro Lote de Agricultura Familiar; en 2013, tercer lugar también en la categoría Micro Lote; y en 2015, cuarto lugar en la Categoría Natural.
También lograron agregar valor al producto, con un diferencial de precio promedio de 16% en el mercado regional. “Este año estamos intentando hacer marketing directo con los exportadores, que pagan más por la diferencia de calidad. Existe un potencial de diferenciación por valor de 20% o más, afirma Nelson Menoli.
TRABAJO CONJUNTO – Capacitación para identificar la calidad de la bebida está dentro del conjunto de acciones para apoyar a los cafetaleros e impulsar la caficultura en Grandes Ríos. Se trabaja en conjunto con los productores, que involucra toda la cadena productiva, desde el manejo de plagas hasta la fertilidad de las plantas y los suelos.
Hace 23 años, el agricultor Adão Santo Daré, de 70 años, decidió sembrar café y fue guiado por el equipo de Emater desde el principio. Produce un promedio de 60 a 70 sacos por hectárea en un área de 4,5 hectáreas, por encima del promedio del municipio. Hoy es un referente en la región. “Además de aumentar la productividad, el sistema recomendado por Emater contribuye a mejorar la calidad del café cosechado”, afirma el productor.
Fuente: Agroenlace