“Varios resultados de investigaciones realizadas en el campo y en el laboratorio han demostrado la acción insecticida del aceite de neem (Azadirachta indica) sobre varias orugas plagas”. La información es de Gerson Adriano Silva, profesor de Entomología Agrícola del Laboratorio de Entomología y Fitopatología – Universidade Estadual Norte Fluminense Darcy Ribeiro (UENF).
Según él, la acción insecticida del aceite de neem ya ha sido probada en más de 500 especies de insectos y ácaros. El profesor destaca los resultados obtenidos contra insectos pertenecientes a especies de orugas, escarabajos, moscas, mosquitos, mosca blanca, cochinillas, chinches, pulgones, trips, pulgas, ácaros y garrapatas.
“El aceite de neem se puede utilizar para controlar plagas en la agricultura orgánica y convencional. Entre las orugas controladas por el aceite de neem destacan la polilla del tomate (Tuta absoluta), el barrenador pequeño (Neoleucinodeselegantalis) y el barrenador gigante (Helicoverpa zea) en el tomate, y el gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) en el maíz. , minador de hojas (Phyllocnistiscitrella) en los cítricos y polilla del lomo de diamante (Plutellaxylostella) en el repollo; el complejo de orugas que atacan la soja, el algodón y los frutales”, enumera.
El experto explica que la acción insecticida del aceite de neem se debe en gran medida a dos grupos de moléculas: los triterpenos y los limonoides. La azadiractina es el triterpeno con mayor actividad insecticida presente en el aceite. La acción insecticida del aceite de neem sobre los insectos se debe a la inhibición de su alimentación; acción repelente de la oviposición; efectos neuroendocrinos, inhibición del desarrollo de insectos inmaduros y puede provocar la muerte por intoxicación aguda.
El aceite de neem se extrae prensando en frío las semillas del árbol de neem, una planta originaria de Asia que se caracteriza por un rápido crecimiento, tolerancia al estrés hídrico y a suelos pobres en nutrientes. Según Gerson Silva, una planta adulta puede alcanzar los 20 metros de altura y 80 cm de diámetro del tronco. La producción de semillas comienza entre tres y cinco años después de la siembra, con una productividad promedio de más de 25 kg/planta.
“Es importante destacar que el aceite de neem tiene una acción mejorada contra las orugas en las primeras etapas de desarrollo y, a medida que las orugas se acercan a la pupa, su susceptibilidad al aceite disminuye. Una de las grandes ventajas del aceite de neem en el control de las orugas, en relación a los insecticidas convencionales, es el bajo riesgo de desarrollar resistencias, gracias a la compleja composición del aceite, compuesta por más de 150 compuestos biológicamente activos”, concluye.
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