Brasil anunció recientemente la aceptación del Certificado Fitosanitario Internacional (CSIV) por parte de Estados Unidos para la comercialización de aceite de cocina usado, también conocido como Aceite de cocina usado (aceite de cocina usado). Esta decisión abre nuevas puertas para la industria brasileña de biocombustibles. Además, el UCO, que proviene de aceites y grasas vegetales utilizados en los procesos de cocción y fritura en la industria alimentaria, es un componente valioso en la producción de biocombustibles, incluido el biodiesel y los combustibles de aviación sostenibles.
La aceptación del CSIV por parte de EE.UU. requiere que el Departamento de Inspección de Productos de Origen Vegetal (DIPOV) de Mapa emita certificaciones que garanticen la trazabilidad, identidad y origen del producto. Estas certificaciones se basan en rigurosas auditorías de los procedimientos de autocontrol de las empresas almacenadoras y exportadoras.
Finalmente, la exportación de UCO a Estados Unidos representa una oportunidad económica sustancial para Brasil. Impulsado por la creciente demanda estadounidense de fuentes de energía renovables. En 2023, Estados Unidos importó 1,4 millones de toneladas de UCO para producir 2.270 millones de litros de biocombustibles, por un total de 1.660 millones de dólares. Actualmente, los principales proveedores de UCO al mercado americano son China, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Chile.
Esta es la segunda apertura de mercado para productos agrícolas brasileños en Estados Unidos este año. En enero, el país ya había autorizado la importación de gelatina y colágeno de origen animal desde Brasil. En 2022, las exportaciones de la agroindustria brasileña a Estados Unidos alcanzaron los 9.820 millones de dólares, lo que convirtió a Estados Unidos en el segundo mayor socio de Brasil.
Fuente: Aline Merladete | Agroenlace