Aunque todavía se están realizando trabajos para responder a las inundaciones en Rio Grande do Sul, el gobierno brasileño ya está preocupado por la aparición de un nuevo fenómeno climático extremo en el país. Según la secretaria nacional de Cambio Climático, Ana Toni, se espera que próximamente se produzca una sequía “muy terrible” en la Amazonía.
“El gobierno ya está tratando de salir adelante, entendiendo qué municipios probablemente se verán afectados, qué tipo de prevención [será necesaria]. Isso está sendo liderado pelo Ministério da Integração Regional, onde está a Secretaria [Nacional] de Defesa Civil, atualmente pensando em ações de prevenção”, afirmou Ana, em seminário do Centro Brasileiro de Relações Internacionais (Cebri) sobre descarbonização da economia, no Rio de enero.
La semana pasada, la Defensa Civil de Amazonas advirtió que la sequía de este año en el estado debería ser tan o más severa que la registrada en 2023. La orientación es que la población se abastezca de agua, alimentos y medicinas para poder afrontar el período más crítico de la sequía.
La sequía en la Amazonía ocurre en la segunda mitad del año, concentrándose el pico de estiaje en los principales ríos de la región entre los meses de octubre y noviembre. En 2023, la Amazonia ya había enfrentado una de las peores sequías de su historia, con una importante reducción del nivel de los ríos, lo que dificultó el transporte de las comunidades ribereñas y, en consecuencia, su acceso al agua, alimentos y medicinas.
Amazonía: Desafíos de mitigación, adaptación y reconstrucción en Brasil
Los estudios indicaron que la principal causa del fenómeno fue el cambio climático, resultante de la acción humana. Según el secretario, los eventos extremos provocados por estos cambios climáticos demuestran que no basta sólo con mitigar y adaptarse, sino que también es necesario contar con recursos para la reconstrucción.
“Existe el costo de la mitigación. Cuesta la adaptación de las ciudades brasileñas, la infraestructura, la energía y la agricultura. Pero ya estamos sufriendo el coste de las pérdidas y los daños”, destacó Ana Toni. "En este desastre, que está ocurriendo ahora en Rio Grande do Sul, probablemente se necesitarán entre 50.000 y 100.000 millones de rands".
La necesidad de financiación para la reconstrucción también es una preocupación del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES). “Necesitamos crear, en colaboración con los bancos multilaterales, solidaridad y fondos para la reconstrucción. ¿Imagínese, por ejemplo, si esta inundación [de RS] hubiera caído sobre Uruguay? ¿Cómo podrían salir solos de esta situación?”, dijo el presidente del banco, Aloizio Mercadante.
Destacó que los bancos públicos necesitan fondos para financiar la reconstrucción después de eventos extremos y sugirió seminarios sobre experiencias internacionales.
“El lunes estaremos operando una línea de R$ 5 mil millones en Rio Grande do Sul, con todos los bancos asociados. Entramos con el fondo de garantía de R$ 500 millones, pero necesitamos tasas de interés más bajas para la reconstrucción de Rio Grande do Sul”, afirmó.
Por: Agroenlace